Página:Noli me tángere (José Rizal).pdf/120

Esta página no ha sido corregida
118
JOSÉ RIZAL

Humilde y recogido santo, tu cruz de palola que tenía la imagen era de plata,-tu modesto hábito honra al gran Francisco, de quien somos hilos é imitadores! Nosotros propagamos tu santidad en todo el mundo, en todas las ciudades y todos los pueblos, sin distinguir el blanco del negro, sufriendo abatinencias y martirios: tu santa fe que sostiene al mundo en equilibrio y le impide que caiga en el abismo de la perdición.s Los oyentes, hasta el mismo Capitán Tiago, boskezaban y se aburrían. María Clara no atendía al sermón; sabía que Ibarra estaba cerca y pensaba en él, mientras miraba abanicándose el toro de uno de los evangelistas, que tenía todas las trazas de un pequeño carabao.

Todos debíais saber de memoria las Santas Escrituras, la vida de los gantos, y así no tendría yo que predicaros, pecadores; debiais saber cosas tan importantes y necesarias como el padrenuestro, que muchos de vosotros habéis olvidado viviendo como herejes, que no respetan á los ministros de Dios, jcomo los chinos! ¡Os vais á condenar si antes de la muerte no hacéis méritos suficientes para salvaros!> —¡Abá cosa ese pale Dámaso, ese!-murmuró el chino Carlos mirando con ira al predicador, que seguía improvisando, desencadenando una serie de apóstrofes é imprecaciones: «¡Moriréis en la impenitencia final, raza de herejes! ¡Dios os castiga ya desde esta tierra con cárceles y prisiones! Las mujeres debían huir de vosotros, los' gobernantes os deberían ahorcar á todos, para que no se extienda la semilla de Satanás en la viña del Señor!... Jesucristo dijo: «Si tenéis un miembro malo que os induce al pecado, cortadlo, arrojadlo al fuego...