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NOLI ME TÁNGERE

del Creso filipino. Allí hemos tenido la dicha de admirar, no solamente el lujo y el buen gusto de los dueños de la casa, que no es común entre los naturales, sino también á la bellísima y rica heredera, que demostró ser una consumada discípula de Santa Cecilia, tocando en su elegante piano, con una maestría que me hizo recordar á la Gálvez, las mejores composiciones alemanas é italianas.

Lástima que tan perfecta señorita sea tan excesivamente modesta y oculte sus méritos á la sociedad, que para ella sólo tiene admiradores. No debo dejar en el tintero que en casa del anfitrión nos hicieron tomar champaña y finos licores con la profusión y esplendidez que caracterizan al conocido capitalista.

> Asistimos al espectáculo. Ya conoce usted á nuestros artistas Ratia, Carvajal y Fernández; sus gracias sólo fueron comprendidas por nosotros, pues la clase no ilustrada no pescó de ello ni una jota. A los indios, sobre todo al gobernadoreillo, gustó mucho la comedia tagala: este último se frotaba las manos y nos decía que era una lástima que no hubiesen hecho pelear á la princesa con el gigante que la había robado.

»Excuso decirle que durante el espectáculo no permitió que faltase nada la amabilidad del Rothschild filipino: sorbetes, limonadas, refrescos, dulces y vinos de todas clases, corrían con profusión entre los que estábamos allí. Notóse mucho la ausencia del conocido é ilustrado jo ven don Juan Crisóstomo Ibarra que, como usted sabe, debe mañana presidir la bendición de la primera piedra para el gran monumento que tan filantrópicamente hace levantar. Este digno descendiente de los Pelayos y Elcanos (pues, según he sabido, uno de sus abuelos paternos era de nuestras heroicas y nobles