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rando los sufragios de los vivos: que una misa en estos días equivale a cinco en otros días del año, ó á seis, como dijo el cura esta mañana.

—¡Hola! ¿es decir que tenemos un gracioso plazo que hay que aprovechar?

—¡Pero , Doray!—intervino don Filipo;—ya sabes que don Anastasio no cree en el purgatorio.

—¿Que no creo en el purgatorio?—protestó el viejo medio levantándose de su asiento.—¡Hasta sé algo de su historia!

—¡La historia del purgatorio!—exclamaron llenos de sorpresa ambos consortes.—¡A ver! Cuéntenosla usted.

—¿No la saben ustedes y mandan allá misas y hablan de sus penas? ¡Bueno! ya que empieza a llover y parece que va a durar, tendremos tiempo de no aburrirnos,—contestó Tasio poniéndose un momento á meditar.

Don Filipo cerró el libro que tenía en la mano, y Doray se sentó a su lado, dispuesta á no creer en nada de lo que el viejo Tasio iba a decir. Este comenzó de la siguiente manera:

—El purgatorio existía mucho antes de que viniera al mundo N. S. Jesucristo, y debía estar en el centro de la tierra según el P. Astete, ó en las cercanías de Cluny, según el monje de que nos habla el P. Girard . El sitio aquí es lo de menos. Ahora bien ; ¿quiénes se tostaban en aquellos fuegos que ardían desde el principio del mundo? Su existencia antiquísima la prueba la Filosofia cristiana, que dice que Dios no ha creado nada nuevo desde que descansó.

—Podría haber existido in potentia , pero no in actu , objetó el teniente mayor

—¡Muy bien! Sin embargo os contestaré que algunos lo conocieron como existente in actu, y uno de ellos fué Zarathustra ó Zoroastro, que escribió parte del Avesta y fundó una religión que tenia ciertos puntos de contacto con la nuestra ; y Zarathustra, según los sabios, existió ochocientos años lo menos antes de Jesucristo. Digo lo menos, pues Gaffarel, después de examinar los testimonios de Platón , Xanto de Lidia, Plinio, Hermipos y Eudoxo, le cree anterior en dos mil quinientos años a nuestra era . Sea de esto lo que se quiera, es lo cierto que Zarathustra hablaba ya de una especie de purgatorio, y daba los me-