Página:Noli me tángere (1903).pdf/185

Esta página no ha sido corregida

la hermana Rufa, la rica y económica mujer, dijo que si llegaba á faltar dinero, ella recorrería algunos pueblos para pedir limosna, con la única condición de que le pagasen el viaje y los alimentos, etc Ibarra le dió las gracias y respondió:

-No sacaríamos gran cosa, pues ni yo soy rico ni este edificio es una iglesia. Además, no he prometido levantarlo á costa de los otros.

Los jóvenes, los estudiantes que venían de Manila para celebrar la fiesta le admiraban y le tomaban por prototipo; pero, como sucede casi siempre, cuando queremos imitar á los hombres notables, solo imitamos sus pequeñeces, cuando no sus defectos, porque de otra cosa no somos capaces, y muchos de estos admiradores se fijaban en la manera como el joven hacia el lazo de su corbata, otros en la forma del cuello de la camisa, y no pocos en el número de los botones de su americana y chaleco.

Los funestos presentimientos del viejo Tasio parecían haberse disipado para siempre. Asi se lo manifestó Ibarra un día , pero el viejo pesimista contesto:

-Recuerde usted lo que dice Baltasar:

«Kung ang isalubong sa iyong pagdating

Ay masayang mukhá ' t may pakitang giliu.

Lalong pag ingata ' t kaauay na li him..» [1]

Baltasar era tan buen poeta como pensador.

Estas y otras cosas más pasaban en la víspera, antes de ponerse el sol.


XXVII

AL ANOCHECER

En casa de capitán Tiago se habían hecho también muy grandes preparativos. Conocemos al dueño; su afición al fausto y su orgullo de madrileño debían humillar en esplendidez á los provincianos. Otra razón había además que la obliga a procurar eclipsar á los otros: tenía á su hija María Clara, y estaba allí su futuro yerno que sólo hacía hablar de él.


  1. si á tu llegada viene á verte, con cara sonriente y cariñoso gesto , sé más prudente que nunca: es un traidor , un encubierto enemigo.