tiendo el egipcio ni el copto siquiera, pero comprendo algo el sistema de escritura y escribo en jeroglíficos.
—¿Escribe usted en jeroglíficos? Y ¿por qué—preguntó el joven dudando de lo que veía y oía.
—¡Para que no me puedan leer ahora!
Ibarra le miró de hito en hito, pensando si el viejo estaría , en efecto, loco. Examinó rápidamente el libro para ver si aquello era cierto y vió muy bien dibujados, animales, círculos, semicírculos, flores, pies , manos, brazos , etc.
—Y ¿por qué escribe usted si no quiere que le lean?
—Porque no escribo para esta generación , escribo para otras edades. Si ésta me pudiese leer, quemaría mis libros, el trabajo de toda mi vida; en cambio, la generación que descifre estos caracteres será una generación instruída, me comprenderá y dirá: «¡No todos dormían en la noche de nuestros abuelos!» El misterio ó estos curiosos caracteres salvarán mi obra de la ignorancia de los hombres, como el misterio y los extraños ritos han salvado à muchas verdades de las destructoras clases sacerdotales.
—Y ¿ en qué idioma escribe usted?-preguntó Ibarra, después de una pausa.
—En el nuestro, en el tagalo.
—Y ¿sirven los signos jeroglíficos?
—Si no fuera por la dificultad del dibujo, que exige tiempo y paciencia, casi le diría que sirven mejor que el alfabeto latino. El antiguo egipcio tenía nuestras vocales; nuestra o, que sólo es final y que no es como la española, sino una vocal intermedia entre o y u; como nosotros, el egipcio no tenía verdadero sonido de e; se encuentran en él nuestro ha y nuestro kha que no tenemos en el alfabeto latino tal como lo usamos en español. Por ejemplo: en esta palabra mukhâ,—añadió señalando en el libro,—transcribo la sílaba ha más propiamente con esta figura de pez que con la h latina, que en Europa se pronuncia de diferentes maneras. Para otra aspiración menos fuerte, por ejemplo, en esta palabra hain donde la h tiene menos fuerza, me valgo de este busto de león , o de estas tres flores de loto según la cantidad de la vocal. Es más; tengo el sonido de la nasal que tampoco existe en el alfabeto latino españolizado. Repito que si no fuera por la dificultad del dibujo, que debe ser perfecto , casi se podrían adoptar los jeroglíficos, pero esta misma dificultad me obliga a ser