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espuma do terea brilla, rica en colores, la luz solar», que dice el poeta Paterno.

La música volvió a resonar: Iday tocaba el arpa; los hombres, los acordeones y guitarras con mayor o menor afinación, pero el que mejor lo hacía era Albino, que la rascaba verdaderamente desafinada y perdía el compás á cada instante, o se olvidaba a lo mejor y se pasaba á otra sonata enteramente distinta.

El otro corral fue visitado con desconfianza . Muchos esperaban encontrar allí la hembra del caimán ; pero la naturaleza es burlona, y salía siempre llena la red.

Entonces trataron de abordar a la orilla, en aquel bosque de árboles seculares perteneciente á Ibarra . Allí, á la sombra y junto al cristalino arroyo, almorzarían entre las flores o debajo de improvisadas tiendas.

La música resonaba en el espacio; el humo de los kalanes se levantaba alegre en forma de tenues torbellinos; el agua cantaba dentro de la ardiente vasija , acaso palabras de consuelo para los peces muertos , acaso palabras de sarcasmo y burla; el cadáver del caimán daba vueltas, presentaba ya el blanco y destrozado vientre, ya la pintada y verdosa espalda, y el hombre, favorito de la naturaleza, no se inquietaba por tantos fratricidios, que dirían los bramines ó los vegetarianos.


XXIV

EN EL BOSQUE

Temprano, muy temprano había dicho su misa el padre Salví y limpiado en pocos minutos una docena de almas sucias, lo cual no era su costumbre.

Después, con la lectura de unas cartas que llegaron bien selladas y lacradas, perdió el digno cura su apetito y dejó que el chocolate se enfriara completamente.

—El padre se pone enfermo,—decía el cocinero mientras preparaba otra taza ;—hace dias que no come: de los seis platos que le pongo en la mesa, no toca dos.

—Es que duerme mal,—contesta el otro criado;—tiene pesadillas desde que cambio de alcoba. Sus ojos se hunden cada vez más, enflaquece de dia en día , y está muy amarillo .