Madre é Hija
Después de la muerte del padre, cuya herencia había consentido en unos cuantos palmos de terreno, había quedado la corta familia en la mayor orfandad y atenida á su propio trabajo.
Habitaban una humilde casa en un barrio de esta capital, en la que no aparecía nada de lujo; pero sí mucho de orden, regularidad, aseo y compostura; y después de enjugadas las lágrimas que tan sensible pérdida les produjera, madre y hija habían fijado sus apagados ojos, en las estrechas circunstancias que les rodeaban, y en lo oscuro y problemático del porvenir; y se contrajo principalmente su actividad y atención á proporcionarse los naturales e ineludibles medios de subsistencia.
El hogar, unas cuantas paredes desnudas, ese sencillo conjunto de muebles, todos esos detalles muchas veces