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34 MEMORIAS SOBRE LA VIDA

Uno de sus asombros al volver de las tierras de M. de Villarceaux fué encontrar á Scarrón casado con la amable MU*, de Aubizné. La situación en que esla joven se encontraba al casarse le hacía dificil encontrar un partido más ventajoso, pero no podía encontrar un hombre menos hecho que Scarrón para semejante lazo. Todo el talento y la alegría del mundo no bastan para formarlo, y esto era sin embargo lo único que podía ofrecer el célebre enfermo á una mujer tan encantadora, pero que por esta singularidad cumplía un destino que no había de tener igual.

Imposible tener más talento que la esposa, ó mejor, la: compañera de Scarrón; y éste no tuvo mayor deseo que hacerla amiga de Ninón. Bastaba para ello que se viesen : su mutuo instinto, su viveza para reconocer ei verdadero mérito tenian que ligarlas una á otra. Suponiendo que la historia de Barbé (1) fuese verdadera, MMe, Scarrón no parecía hacer gran caso; el placer privaha en su alma á toda otra clase de ambición.

El trato amistoso entre Mme, Scarrón y Ninón fué tan tierno que pronto no tuvieron más que ur. lecho para ambas, según dicen las Memorias ael marqués de La Fare. Un incidente que separa á todas las mu- jeres no consiguió siquiera debilitar sus lazos; y Ninón vió sin cólera á M. de Villarceaux, aún su amante, mostrar por su amiga sentimientos que aquélla se hallaba bien pronta á escuchar. La infide- lidad al principio es tímida. Se ocultaban' de los ojos de Ninón, cuya presencia les estorbaba cada vez más. Notólo ella; puesto que huían, puesto que

(1) Hay buenos matrimonios, dice La Rochefoucauld; pero no los hay deliciosos,