Página:Ninon Lenclos Cartas.djvu/244

Esta página no ha sido corregida

232 CARTAS DE NINÓN DE LENCLÓS

Sabdis todo lo que vale la condesa, conocéis vues- tros yerros y vuestra ingratitud y, sin embargo, no hacéis lo que debíais hacer. En verdad, marqués, que no os comprendo. Comienzo á creer que MMe, de Sé- vigné tiene razón cuando dice que su hijo conoce sus deberes, y que razona muy bien, pero le arrebatan las pasiones, de suerte que es un loco por el corazón y no por la cabeza.

En vano me recordáis lo que os he dicho en otras ocasiones acerca de la forma despreocupada en cierto modo con que es necesario tomar el amor. Acordaos también de que en aquella época yo no pretendía daros con .ejos en serio, sino que hacía reflexiones más bien humorísticas. No olvidéis que entonces se tra- taba de un gusto pasajero, de una amante vulgar; pero el caso de ahora es muy diferente; ni una sola de las mujeres de París puede compararse con la que tan cruelmente abandonáis y ¿por qué razón? Porque su resistencia hiere vuestra vanidad. ¿Qué recurso nos queda entonces para conservaros?

Sin embargo, convengo con vos en que, cuando una pasión está apagada, vuelve á encenderse difícilmente. « Del mismo modo que no se es dueño de amar, tam- poco se es de dejar de amar. » Comprendo la verdad de es as máximas, pero la acepto con sentimiento desde que considero que con conocimiento de causa, dejáis lo bueno por lo malo; que renunciar á una feli- cidad sólida, á goces duraderos, para entregaros á gustos depravados, á simples caprichos; pero bien lo veo, todas mis reflexiones de nada servirán. Temo fastidiaros con mi moral y, hablando con franqueza, creo en mí ridículo el predicaros la constancia, porque ya no la amáis y porque vuestro corazón es loco. Os abandono á vuestro funesto destino, sin renunciar por