AL MARQUÉS DE SÉVIGNÉ 207
amante en el comienzo de una pasión; el amor es un sentimiento puramente metafísico con el cual los sen- tidos ninguna relación tienen. Semejante á los filó- sofos que en medio de los tormentos no querían reco- nocer que sentían dolor, ella será por mucho tiempo mártir de su propio sistema; por fin, á pesar de su teoría, la pobre mujer se conmoverá; su amante la repetirá constantemente que el amor es un senti- miento metafísico y divino; que vive de bellas frases, de discursos espirituales; que sería degradarlo el mez- clarle con algo material y humano; podrá pregonar todo lo que quiera su respeto y su delicadeza, pero os aseguro en nombre de todas las mujeres, sin excep- ción, que el orador no tendrá fortuna. Su respeto se considerará como un insulto, su delicadeza por una irrisión y sus bellos discursos por ridículos pretextos. Se le dirá que habrá sido menos delicado con otra y por eso se ve en la triste necesidad de hacer gala de sus grandes sentimientos con la amante honorífica; y lo más admirable es que la excusa que se da sale siempre del mismo principio.
P.-S. — ¡ Vaya una deferencia la que tenéis con- migo. No sólo enseñáis mis cartas á M. de La Roche- foucauld sino que las leéis en plena reunión. Verdad es que la indulgencia con que me juzgan mis amigos me consuela un poco de vuestras indiscreciones. Si seguís así, me veré precisada á no escribiros. Al menos, sed discreto cuando os hable de cosas que interesen á la reputación de la condesa. Si no hacéis eso, no escribiré.
