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170 CARTAS DE NINÓN DE LENCLÓS

digáis que desde que la condesa ha parecido amaros, su carácter ha cambiado por completo. Sobre eslo ninguna noticia particular tengo. Todo lo que sé acerca de esto es que la condesa debutó en el mundo como una petimetra y su d-but fué tanto más notado cuanto más opuesta á su conducta de entonces fué la que observó en vida de su marido. Acordaos de que cuando empezasteis á tratarla era viva hasta el aturdimiento, desatenta, decidida, hasta coqueta; parecía incapaz de un afecto razonable. Sin embargo, hoy me decís que se muestra seria y melancólica, que es tímida distraída, afectuosa. El sentimiento se ha impuesto; una agradable naturalidad ha ocupado el puesto de la afectación; y os parece tan bien en su carácter actual que imagináis sca el verdadero y que el que mostraba antes era fingido. Todo eso echaría por tierra mi filosofía si no reconociera en esa metamor- fosis los efectos del amor. Mucho me equivoco si la tempestad actual no os anuncia una victoria com- pleta y tanto mejor asegurada cuanto más enérgica haya sido la defensa que ha empleado para disputá- rosla. Pero si seguís siempre vuestro objeto, si lle- váis la persecución hasta la inoportunidad, si 0s en- contráis en todos los lugares en que podéis verla, si no la habláis de vuestra pasión y tenéis para con ella los miramientos de un hombre atento, respetuoso, pero perspicaz ¿qué ocurrirá? No podrá rehusaros las atenciones que se deben hasta á los indiferentes. Por otra parte; las mujeres tienen un inagotable fondo de bondad para los que las aman. Y eso los hombres no lo ignoráis; es lo que os consuela siempre que sufrís algún contratiempo amoroso. Sabéis que vues- tra prasencia, vuestros cuidados, el dolor que afectáis produten su efecto y desarman nuestra energía. Es-