Página:Ninon Lenclos Cartas.djvu/17

Esta página no ha sido corregida

DE NINÓN DE T.ENCLÓS 7

mérito en el objeto que lo origina, ni lo obliga á gratitud alguna; en una palabra un capricho cuya duración no depende de nosotros, y sujeto al dis- gusto y al arrepentimiento.

El germen filosófico que minaba ya su alma le hizo hallar muy natural este descubrimiento. Pare- cióle muy sencillo que una pasión como el amor pro- dujera en los hombres efectos diferentes según las distintas disposiciones de humor, ú, temperamento, de educación, de interés, de vanidad, de principios ó de circunstancias (1), sin ser en el fondo otra cosa que un deseo disfrazado, pero no ardiente, de la posesión, sin la cual no subsiste, y después de la cual se desvanece casi siempre, como el fuego material se extingue cuando le falta alimento. Así su espíritu, tan osado como penetrante hizo desde luego, sobre todas las cosas de la vida, juicios que su experiencia y su razón le confirmaron; un prejuicio destruído arrastra á los demás; y el alma que los ha vencido concibe todo, ve todo con una claridad peligrosa para . los espiritus ordinarios.

La inclinación que tenía á reflexionar le hizo caer bien pronto en la desigualdad del reparto de las cua- lidades que se ha convenido exigir á los dos sexos. Pronto vió la injusticia y no pudo aguantarla. Veo

(1) El amor no es loco más que entre los locos y es más bien un vicio del espíritu que del corazón. Diálogo sobre los pla- ceres, tomo II.

El amor obra de diferente modo según la diferencia de las almas que inspira; en un natural dulce enciende un fuego que es también como el del incienso que se quema ante el altar; pero las almas violentas son la presa de las llamas más terribles. Es un fuego cuya impetuosidad se aumenta con el viento de las pasiones, fuego que se eleva orgullosamente y que quema con la venganza causando mil estragos. Dryden, ved las cartas de miss Clarice.