Página:Narrative of the surveying voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836.djvu/96

Esta página no ha sido corregida
52
Feb. 1827.
PUERTO CASCADA.

por una magnífica cascada formada por la unión de dos torrentes.

Todas las plantas del Estrecho crecen aquí; una fragante Callixene (C. marginata, Lamk.) llena el aire con su olor; y una hermosa flor que no habíamos visto antes, fue encontrada por el Sr. Graves: era colgante, tubular, alrdedor de dos pulgadas de largo (Class. Hexand. Monog. Cal.2. Pet.3) y de un cálido color rosado.

Los árboles son pequeños y mal desarrollados, de las especies de costumbre: Haya y Corteza de Winter. Aquí notamos por primera vez un gran helecho,*[1] que tenía un tallo de dos o tres pies de largo, y cinco o seis pies de diámetro, muy similar a la Zamia de Nueva Holanda. Vimos muy pocas aves y ningún cuadrúpedo. Entre las primeras había un Martín pescador, que en ese entonces era nuevo para nosotros, pero que está distribuido sobre una gran extensión de Sud América, y desde entonces tengo una muestra que dicen fue cazada de un disparo en Río de Janeiro.

Bahía Filton es un estuario profundo, rodeado por todos lados por tierra cortada a pique, que llega a una altura de tres, o cuatro mil pies, y que termina en picos, de las formas más fantásticas, cubiertos por hielo y nieve.

Entre bahía Filton y el cabo Rowlett hay altas montañas, dos de las cuales, más llamativas que el resto, les pusimos monte Sherrad y cerro Curioso.

Punta Card resultó ser de pizarra arcillosa, y creo que la proyección del cabo Rowlett, y las montañas, también son de esta roca.

Mientras cruzábamos el cabo Rowlett (en la parte sur de un profundo seno, que se dirige hacia el SE., que era mi intención examinar), nos encontramos con tres canoas, conteniendo, en conjunto, alrededor de veinticuatro personas, y diez o doce perros. El Sr. Wickham reconoció que ellos eran el mismo grupo que había visitado el “Hope” en su último crucero, el ladrón, sin embargo, no se encontraba entre ellos, temiendo probablemente que podría ser reconocido.

Estos nativos se comportaron muy tranquilamente, excepto una de las mujeres, que quiso llevarse un tazón de hojalata en el cual se le

  1. * Este helecho también lo encontramos en la isla Juan Fernández