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COLONIA DE SARMIENTO

cuando uno de los botes encalló en un arrecife, y se perdió, pero la gente fue rescatada. La pérdida de esta embarcación los llevó a renunciar a toda esperanza de salvarse a sí mismos por este medio; y Viedma, con Suárez, el fraile y veinte soldados regresaron a San Felipe en el bote que quedaba, dejando al resto del grupo, consistente en treinta hombres y cinco mujeres, para que se mantuvieran a sí mismos como pudieran ante la proximidad del invierno. Después que esta estación hubo pasado, Viedma envió a recoger a los extraviados, pero se pudieron encontrar solamente quince hombres y tres mujeres; el resto había muerto de hambre y enfermedades. Los sobrevivientes habían decidido ir al primer establecimiento en Jesús, en cuyo camino pasaron junto a los esqueletos de los doscientos que habían sido destacados primero. Viajando hacia adelante, observaron tres buques que entraban al Estrecho, los cuales fondearon a la distancia hacia el sur.

Durante la noche, Viedma y sus compañeros encendieron grandes fogatas, suponiendo que las naves pertenecían a su propia nación. A la mañana siguiente, una embarcación fue despachada desde ellos; y tres del grupo de Viedma fueron autorizados para ir a reconocerlos. Habiéndose acercado lo suficiente, hicieron una señal, tras la cual, la gente de la embarcación remó hacia la playa, e informaron que eran de Inglaterra, con destino a Perú, y que si los españoles querían viajar, tenían mejor que embarcarse. Después de algunas dudas, surgidas del temor de confiarse en el poder de los herejes, consintieron, y a uno se le permitió embarcarse pero los otros dos se quedaron en la playa. En la embarcación iba el emprendedor Cavedish*[1], en persona quien, al oir los detalles de su historia, envió a los otros dos soldados a Viedma, ofreciéndole llevarlo a él y al resto de su gente a bordo. Cavendish volvió a su nave, pero, sin más demora, navegó hasta la isla De los Patos (isla Santa Magdalena), donde sin prisa salaron seis barriles de pingüinos, y luego continuó a San Felipe, por madera y agua; permaneció allí cuatro días (durante dicho tiempo destruyó las casas de los españoles, y embarcó seis cañones); y de allí continuó su viaje. La persona salvada

  1. * Aanteriormente deletreado “Candish”