que lo desembarcaríamos en la mañana le devolvía el buen humor, que demostraba cantando y riendo.
Las dimensiones de la cabeza de Coichi eran las siguientes:—
Desde la parte | superior | de la frente | a los ojos: | 4 pulgadas. |
Desde | " | " | a la punta de la nariz: | 6 |
Desde | " | " | a la boca: | 7 |
Desde | " | " | a la pera: | 9 |
Ancho de la cabeza en la parte de la sien: | 7½ | |||
Ancho de los hombros: | 18½ |
La cabeza era larga y plana, en la parte superior; la frente ancha y alta, pero cubierta con pelos hasta una pulgada y media de las cejas, que apenas tenían pelos. Los ojos eran pequeños, la nariz era corta, la boca ancha, y los labios anchos. Cuello corto, y los hombros muy amplios. Los brazos eran cortos y carecían de músculos, como también lo eran sus muslos y piernas. El cuerpo era largo y grande, y el pecho amplio y expandido. Su altura era de casi seis pies.
Al día siguiente pasamos isla Isabel, y alcanzamos cabo Negro, donde desembarcamos a los indios, después de haberles hecho varios regalos útiles y enviarle algunas bagatelas con Aighen a María, quien, con su tribu, había encendido grandes fogatas en tierra detrás de puerto Peckett, invitándonos a desembarcar. Nuestros pasajeros frecuentemente apuntaban hacia ellos, diciéndonos que eran hechas por María, que había traído para nosotros un montón de carne de guanaco.
Nuestra urgencia por llegar a puerto del Hambre no nos permitía demorarnos, por lo que tan pronto como la embarcación regresó, continuamos navegando a lo largo de la costa hacia bahía Agua Fresca, donde llegamos lo suficientemente temprano en la tarde para permitirnos una breve visita a la costa.
Desde cabo Negro, el territorio tiene un carácter muy diferente. En lugar de una costa baja y playas abiertas y sin árboles, vimos colinas escarpadas cubiertas de árboles altos y maleza espesa. Las montañas lejanas de Tierra del Fuego, cubiertas de nieve, eran visibles hacia el sur, algunas a una distancia de sesenta o setenta millas.
Ahora habíamos pasado todas las dificultadas de la entrada, y habíamos llegado a un fondeadero tranquilo y seguro.