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Dic.1826
PRIMERA ANGOSTURA.

de la costa, y fondeamos por octava vez. La apariencia amenazante de las nubes y una considerable caída del barómetro indicaban mal tiempo, el comandante Stokes estuvo de acuerdo conmigo en que era conveniente esperar las mareas de sicigias para pasar la Primera Angostura. Las naves fueron trincadas para esperar el temporal, que pronto llegó, y nos quedamos varios días a merced del viento, con los masteleros trincados, en medio de una rápida corriente, que a veces tiraba siete nudos. El 28, con algunos visos de mejoría del tiempo, hicimos el intento de pasar rápidamente la Angostura. El viento soplando fuerte, directamente contra nosotros, y aumentando a medida que avanzábamos, causaba una mar gruesa, que repetidamente rompía sobre nosotros. La corriente nos puso rápidamente en la Angostura, pero el temporal era tan violento que no pudimos izar más velamen que el absolutamente necesario para mantener la nave bajo gobierno. Haciendo bordadas cada diez minutos, cuando nos acercábamos a la costa o nos alejábamos mucho de tierra, y como el fondeadero que habíamos dejado estaba a considerable distancia de la entrada de la Angostura, la corriente no fue suficiente para llevarnos por si sola. En la estoa el viento disminuyó y como el tiempo mejoró, me hizo buscar un fondeadero cercano a la costa sur. La presencia de sargazos, sin embargo, que bordeaban la costa, me advirtió que me fuera, por los que nos vimos obligados a regresar a un fondeadero en bahía Posesión. El “Beagle” ya había fondeado en un lugar muy apropiado, pero la corriente era muy fuerte como para permitirnos llegar hasta el lugar en que este estaba, por lo que dejamos caer el ancla a una milla de su popa, en diecinueve brazas. La corriente tiraba cinco y poco después seis millas por hora. Si hubiésemos tenido la marea hacia el oeste de igual intensidad, habríamos tenido éxito en pasar la Angostura. Nuestro fracaso, sin embargo, respondió a los buenos propósito de hacernos conocer más la extensión del banco que limita la parte norte de bahía Posesión, y con la hora del cambió de la marea en la Angostura; lo cual en esos días (luna nueva) sucedió a unos pocos minutos del mediodía.

Cuando pasábamos el cabo Orange, vimos algunos indios que encendían fuego a sotavento del cerro para atraer nuestro interés, pero estábamos demasiado ocupados como para prestarle mucha atención a