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Jun.
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PELIGROSAS CORRIENTES DE MAREA - SAN VICENTE

los ángulos y demarcaciones necesarios, y al mediodía estábamos cerca del cabo San Diego, donde la corriente de marea se oponía muy fuertemente al viento norte, y además del fuerte oleaje del norte, producían una irregular ola muy grande, que casi causó la pérdida de nuestro bote nuevo, y que podría haber dañado mucho a una nave. El tiempo empeoró y como el oleaje continuaba aumentando desde el norte, me vi obligado a hacerme a la mar, desplegando las velas para mantenerme alejado de la costa, la cual en ese momento estaba muy tapada por la bruma y las nubes para reconocerla a nuestro regreso.

"1 de junio. Mal tiempo, con lluvia casi todo el día. A unas doce millas al norte del cabo San Vicente, por estima, nos detuvimos de vez en cuando hasta que en la última parte del día tuvimos una brisa del sur, con la cual navegamos acercándonos a la costa del cabo San Vicente.

"Al mediodía del 2.- , estábamos bien cerca de la costa, y nos detuvimos, para ubicar algún puerto. Vimos un lugar prometedor, fondeamos fuera de él, en veintidós brazas de agua, y, como la noche se presentaba muy buena, permanecimos tranquilos en aguas en calma, con el viento desde tierra y una marea normal pasando por el buque.

"Con la luz del día de la mañana siguiente, fui a mirar una abertura, la cual, desde la cofa, me pareció un puerto espacioso, pero encontré que era una ensenada muy poca profunda, que en su acceso, justo entre sus puntas, no había más que una braza de agua. No obstante esta ensenada debe ser el lugar al cual los españoles le dieron el digno nombre de puerto San Policarpo.

"Viramos y navegamos a lo largo de la costa, pero el viento era escaso, y la marea estaba contra nosotros, era tarde antes que pudiésemos llegar a la bahía San Vicente, donde fondeamos en una linea entre ese cabo y el cabo San Diego, pero más cerca del primero. En una ensenada al norte de esta bahía, el Sr. Banks desembarcó cuando Cook estuvo aquí. Durante la noche fuimos sacudidos por un oleaje muy fuerte, que se oponía a una fuerte corriente de marea; el viento era moderado, pero no lo suficiente para estabilizar la nave.

"Esta mañana (4 de junio) encontré que el oleaje era demasiado grande para permitirnos arriar un bote con seguridad, por lo que renuncié a mi intención de examinar la ensenada, y nos apresuramos a regresar a la bahía