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May.
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ACCIDENTE CRÍTICO - EFECTO DE LA ESCARCHA.

su ancla de sotavento. La naturaleza crítica de nuestra situación me golpeó de inmediato; era evidente, que la escarcha le había pasado la cuenta a nuestras cadenas, tantas veces probadas, una seguridad dudosa contra las estrepadas producidas por las grandes olas que ocasionalmente entraban en la bahía, una o dos, quizás, en media hora, aunque el oleaje el resto del tiempo fuese insignificante. Arriamos el cable completo del ancla del lado de la costa (una pequeña, obtenida en San Carlos), una vez despejada fondeamos el ancla de respeto, engrilletamos lo que quedaba de la cadena de babor a la cadena de estribor y quedamos fondeados con dos tercios de cable en el ancla de respeto y un cable y medio en el ancla de estribor, cerca de la orilla, en unas seis brazas de agua, manteniendo los cables constantemente mojados en los escobenes, con agua de mar, para evitar su congelamiento; la temperatura del agua era de 44°, aunque la nieve y el granizo se congelaban en el lado del viento de los mástiles. El grillete que se rompió, de la cadena, estaba en la proa expuesto a una corriente de aire frío a través del escobén. Apareció claramente defectuoso, cuando fue examinado el día siguiente; pero como había soportado muchas grandes tensiones, atribuí su rotura a la acción del hielo y tomé la precaución de poner un hombre de guardia cuando empleáramos cables cadenas en tiempos similares. El viento moderó, y la marejada disminuyó en la mañana, así que estuvimos nuevamente tranquilos con respecto a la seguridad del buque, después de unas pocas horas de angustioso suspenso, porque no teníamos amarras de cáñamo y estuvimos cerca de las rompientes de la orilla.

"25.- El cambio del viento hacia el sur, hizo que la nave presentara el costado al oleaje, lo que nos impidió por algún tiempo arriar nuestros botes, pues se balanceaba mucho, y no quise arriesgarme a que alguien saliera herido sin que fuese de absoluta necesidad. En la noche rastreamos la cadena, la izamos, y la unimos a un grueso calabrote, y al día siguiente viramos el ancla de respeto y fondeamos nuevamente, a mayor distancia de la costa.

"27 y 28.- Soplando un furioso temporal de viento.

"29 de mayo.- El primer día aceptable en este lugar fue empleado por los oficiales en tomar demarcaciones y sondar la bahía, y por la tripulación en hacer leña y aguada. Algunas chozas y huellas de pezuñas de guanacos fueron vistas, pero la tierra es alta y el bosque tupido nos mantuvieron fuera