Página:Narrative of the surveying voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836.djvu/483

Esta página no ha sido corregida
Mar. 1830.
415
CAUTIVO - FUERZA Y VALENTÍA.

pudieran desembarcar, pero estando cerca de la playa, mientras amarrábamos una de las canoas, la otra escapó. De la que capturamos un hombre joven y una niña saltaron por la borda, abandonando a una anciana y a un niño, los que dejamos con el propósito de perseguir al muchacho; pero él nadaba tan rápido que pasó un cuarto de hora completo antes de que pudiésemos subirlo a nuestro bote. Habiéndolo capturado finalmente, perseguimos a los otros, pero todos habían desembarcado y escondido, por lo que regresamos cruzando el seno con nuestro cautivo. En nuestro camino vimos un humo en una ensenada de la isla Waterman, y sabiendo que había sido encendida por aquellos que se nos escaparon ayer, ya que no habían otros nativos allí, nos dirigimos a vela hacia ellos; pero los bribones nos vieron y apagaron el fuego. Cuando llegamos al lugar, sin embargo, encontramos dos chozas recién construidas, cubiertas con cortezas, de modo que habían pasado la noche después de la escaramuza. No dejé que nadie desembarcara, porque los fueguinos podrían estar acechándonos desde los arbustos, y podían ser demasiados para dos o tres de nosotros en la playa, por lo que dejé el lugar. Ellos podrían pensar que nos fuimos a buscar más botes, como en el encuentro anterior, y podrían regresar de inmediato a sus cuarteles, así acosándolos, esperaba liberarme de sus visitas mientras permaneciéramos en esta vecindad.

"La fortaleza física de estos salvajes es muy grande (York Minster es tan fuerte como dos de nuestros más fornidos hombres), la que sumada a su agilidad, tanto en tierra como en el agua y su rapidez en el ataque y defensa con piedras y palos, los hace difícil de enfrentar cuando están fuera de sus canoas. Son una raza fuerte y valiente, y luchan hasta el final, aunque en la forma de animales salvajes, hay que admitirlo, de otro modo no habría, cuando están excitados, desafiado a la tripulación entera de un bote un solo hombre tratando de matarlos, como yo lo he presenciado. La bondad hacia estos seres y el buen trato, es aún inútil, casi pienso, tanto por mi propia experiencia como por lo que he oído de su conducta con los barcos balleneros. Hasta que se pueda establecer un entendimiento mutuo, el miedo moral es el único medio por el cual se pueden mantener pacíficos. Como ven sólo naves cuando sus botes están lejos con pocas personas a bordo, su