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Mar. 1830.
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ESCARAMUZA CON NATIVOS.

al ver tantos hombres sin mujeres, por lo que concluí que algunos de los ladrones de la ballenera estaban entre ellos, quienes, habiendo visto que nuestro cúter iba hacia el oeste lleno de gente, pudieron suponer que no quedaban muchos a bordo; la tripulación de un bote, quizás imaginaron había quedado en una isla, y otra en búsqueda de ellos. Habían visto hasta entonces en sus costas sólo buques mercantes y juzgaron el número de tripulantes por estos, por lo que pudieron pensar que no podían haber muchas personas a bordo, y que el buque sería fácil de tomar. En todo caso, venían preparados para la guerra, estaban muy pintados, usaban bandas blancas en sus cabezas, llevaban sus hondas y lanzas y habían dejado todos sus niños y perros con la mayoría de las mujeres, en otro lugar.

"Dos botes fueron tripulados y armados, fui con el teniente Kempe y el Sr. Wilson a perseguir a los fueguinos, que estaban bogando hacia otra parte del puerto. Al ver acercarse nuestros botes, desembarcaron y subieron a la cima de una roca, dejando las canoas debajo con las dos mujeres. Por su actitud vi que estaban dispuestos a ser hostiles, y por lo tanto, nos acercamos lentamente. Estando sus canoas a nuestro alcance, le dije al proel que trajera una a nuestro costado para registrarla, pero tan pronto como su bichero la tocó, una lluvia de piedras de todos los tamaños se nos vino encima y un hombre fue derribado, aparentemente muerto, por el golpe en la sien de una gran piedra. Contestamos sus lanzamientos con nuestras armas de fuego, pero creo que sin darle a ninguno de ellos. Continuó el intercambio de piedras y balas hasta que el cúter vino en ayuda. Los fueguinos entonces se pusieron detrás de una roca, donde no los podíamos ver y se mantenían cerca. Tomamos sus canoas y encontramos en ellas algunas botellas *[1] y parte del aparejo de nuestro perdido bote, los destruimos. El hombre de mi tripulación que fue derribado por una piedra estaba solo aturdido, y pronto se recuperó, pero el golpe fue muy grave y peligroso. No queriendo arriesgar con otro herido entre nuestros hombres, y no viendo ninguna ganancia, no desembarqué, aunque nuestro número era muy superior, y teníamos armas

  1. * El Sr. Murray tenía algunas botellas de cerveza en su bote - además de aquellas de la ración de la tripulación.