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Dic. 1829.
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GRUPO EN APURO.

por él o alguien de su equipo si se encontraban faltos de provisiones, como no sabíamos nada de ellos confiaba que habrían encontrado suficientes aves silvestres, y no que estuvieran en peligro. "27.- Bastante más moderada esta mañana con tiempo despejado. Mirábamos ansiosamente por la ballenera, pues, con este tiempo, podría volver a la nave sin mucha dificultad. Antes del mediodía el Sr. Wilson y el patrón de la embarcación fueron avistados en tierra haciendo señales al buque; un bote fue enviado de inmediato para traerlos a bordo. Estaban muy débiles y cansados, después de haber caminado toda la isla durante la tarde y la noche anterior, y no haber tenido alimento durante los dos últimos días. Nos dijeron que el oficial de navegación y los otro cuatro hombres estaban en una ensenada en la parte de atrás de la isla, y habían estado sin provisiones desde el 24, no habían podido encontrar mariscos o aves silvestres. "En el momento que el Sr. Wilson llegó a bordo, yo estaba ausente tomando ángulos y demarcaciones, pero pronto fui informado de su regreso. Al mediodía dejé el barco con provisiones para una semana para los hombres del oficial de navegación y mi propia tripulación. No había perdido de vista el Beagle cuando me encontré con ellos regresando. Después de haberles dado algunos alimentos y dos hombres para que les ayudaran a bogar hasta el buque (estaba entonces bastante moderado y claro) continué rumbo al lugar en que ellos habían estado, con el fin de hacer lo que el mal tiempo había impedido que hiciera el oficial de navegación. Fuimos favorecidos con una excelente tarde por lo que logré obtener los ángulos y demarcaciones necesarios, regresando a nuestro barco a la mañana siguiente. "28.- A mi regreso encontré al oficial de navegación y su dotación casi recuperados. Habían intentado todos los días regresar a la nave, pero habían sido obligados a desistir en repetidas ocasiones porque corrían el riesgo de ser arrastrados hacia el mar abierto. Las ráfagas de viento que venían de las tierras altas eran tan fuertes como para dar vuelta la embarcación, aunque ni siquiera habían levantado el mástil. La continua lluvia había humedecido la munición y la yesca quedando sin fuego o vituallas: por lo que el Sr. Wilson y el patrón fueron enviados, el sábado por la tarde, para darnos a conocer su situación. "Cuando llegaron a la orilla del mar los fueguinos tomaron