Página:Narrative of the surveying voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836.djvu/433

Esta página no ha sido corregida
Dic. 1829.
367
ROMPIENTE ENCEGUEDORA - FUEGUINOS - PETREL.

ráfagas y fuerte lluvia: estando el cielo permanentemente nublado no hemos visto ni el sol ni las estrellas. Aunque no hemos avanzado con este tiempo, fue una satisfacción pensar que hemos perdido sólo tiempo; y que evitamos mucho desgaste de la nave al estar fondeados en lugar de estar en la mar. En la tarde moderó el viento, nuestros botes salieron y el buque fue alistado para navegar. Tratamos de cazar algunas focas, que fueron vistas en una roca cerca del puerto, pero eran demasiado precavidas..

"Mi bote casi zozobró por una rompiente enceguedora, que se levantó de repente bajo él y que en un instante lo rodeó y lo dejó flotando sobre una ola de espuma blanca, que rompió a su alrededor, pero sin volcarlo o inundarlo.

"19.- Viramos y nos dirigimos a un fondeadero en la isla Recalada que yo había visto desde las alturas. Fondeamos en una bahía protegida situada en la parte norte de la isla más grande, en el paso este que la separa de la más pequeña. Estas islas son altas y, hacia el mar, estériles; pero los lados de las colinas, hacia el este, están densamente arbolados.

"Una gran humareda cercana a la bahía nos mostró, que los fueguinos estaban en posesión del lugar donde pretendíamos acomodarnos; y poco después que fondeamos, apareció una canoa que se dirigió hacia nosotros llena de hombres, mujeres y niños, dieciséis en total. Eran en todos los aspectos similares a los que frecuentemente habíamos encontrado antes; y por su poco interés en cambiar pieles o pellejos, a menos que fuera por artículos útiles, tales como cuchillos, etc., parecía que habían tenido relaciones con europeos: collares y baratijas no los valorizaban. Tenían, en la canoa, muchos huevos y aves muertas, las cuales ellos comían crudas: las aves eran celestes, o palomas de color, petreles, aproximadamente de ocho pulgadas de largo, que van a tierra una parte del año para poner sus huevos en agujeros en el terreno. Durante éste y el día siguiente, tuvimos la suerte de obtener observaciones, y casi todas las demarcaciones y ángulos necesarios.

"Hasta ahora estaba satisfecho con el fondeadero; el fondo era un banco que disminuía gradualmente desde veinte a cinco brazas (arena fina), y que estaba protegido de los vientos del oeste, además de otros, excepto del norte. Habiendo obtenido especialmente buenas observaciones para la latitud