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Dic. 1829.
BAHÍA DISLOCACIÓN.

“7.- Al amanecer soplaba un temporal, pero nos mantuvimos ahí, un poco al sur del grupo de rocas llamadas los Jueces, hacia una parte de la costa que podría proporcionarnos un puerto. Al acercarnos vimos un estuario, aparentemente grande; pero con su boca obstruida por rocas y rompientes, por lo que no quise entrar sin antes enviar un bote, pero el viento soplaba demasiado fuerte y también había demasiada marejada como para arriar uno; por lo que nos mantuvimos afuera esperando que amainara, pues el lugar cumplía plenamente con mis deseos de estar lo suficientemente cerca de los Apóstoles y de los Jueces para fijar su posición. Esta mañana el señor Murray resbaló en la cubierta del castillo y se dislocó un hombro: un accidente que nos privó de sus servicios por algún tiempo, y en recuerdo de ello, llamamos al lugar en que fondeamos más adelante, bahía Dislocación. Tantas rocas se desprenden de esta costa que una embarcación no debería aproximarse a ella a no ser que tuviese luz de día y tiempo despejado. El escandallo servirá de advertencia si el tiempo estuviese brumoso ya que las sondas se extienden a lo menos hasta cuatro millas de la costa, a cuya distancia hay desde treinta hasta cien brazas, y en términos generales, hay menos agua a medida que uno se acerca a la costa.

“El 8, 9, 10.- estuvimos atareados en el levantamiento del puerto y la costa adyacente. En este lugar se puede obtener fácilmente agua, ya que las chalupas pueden vararse en un arroyo de agua dulce que desciende de las montañas. También hay madera en abundancia. El puerto es lo suficientemente grande para cuatro embarcaciones pequeñas y el fondo es muy parejo, entre las quince y veinticinco brazas, de fina arena blanca. La entrada es angosta, pero todos los peligros son visibles y ahora están señalizados en la carta. Está muy expuesta a los vientos y al oleaje del oeste los que juntos podrían impedir por semanas a una embarcación hacerse a la mar.

“11.- Un viento fuerte y mucha oscuridad impidieron el zarpe hasta cerca del mediodía, en que amainó, aunque el tiempo estaba aún muy cerrado. Entonces maniobramos con una pequeña y variable brisa, que nos complicó cerca de la entrada, pero al fin tuvimos un buen zarpe. Me alegró estar fuera porque nuestros trabajos en el puerto estaban terminados y había temido que el viento oeste nos detuviera. El promontorio, justo al sur de bahía Dislocación me pareció que era el 'cabo