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Jun. 1829.
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BAHÍA CHOISEUL - ISLA PRINCE.

estado en el fondo del seno De las Nieves, habría pensado que ellos se unían. Después de haber ido lo suficientemente lejos, para ver completamente el final, regresamos, subimos el bote en una playa de guijarros, y lo aseguramos por un tiempo. Cuando se podía encontrar un poco de playa de guijarro, era un premio; ya que en ella podíamos siempre armar una buena carpa, y tener una cama seca, además que se podía varar el bote fácilmente. Hay una mayor subida y caída de la marea aquí, que en el otro lado de la isla Carlos, siendo no menos de siete u ocho pies, en sizigias Durante la noche, un perro robó un pequeño pedazo de cerdo, que habíamos reservado para nuestra última cena, y, hasta que sus huellas fueron descubiertas, hubo un poco de desconfianza entre nuestra gente.

“El seno Ballena es una entrada grande y profunda, que termina en un valle entre montañas. En el lado sur, una nave puede fondear en un lugar, al lado oeste de puerto Último; pero ahí, aunque el puerto parece grande, el fondeadero es pequeño, y cerca de la orilla. Bogamos y navegamos a lo largo de la costa sur, desembarcando ocasionalmente para tomar demarcaciones, hasta que llegamos a bahía Choiseul, y en una cala, en su lado oeste, pasamos la noche. Este es un lugar al que ningún buque necesita aproximarse ; es grande, y engañosa bahía, llena de islotes y pedazos de sargazos, debajo de los cuales, probablemente hay rocas, y entre los islotes el agua es profunda y no apropiada como fondeadero. La temperatura del mar este día, en el centro del seno, un pie bajo la superficie, era 45°.

“8. Como llovía mucho, permanecimos bajo ese refugio como pudimos, y nos preparamos para nuestro regreso al Beagle, haciendo uso de la única navaja que teníamos. Cuando la lluvia cesó, dejamos la cala y navegamos a través hacia caleta Gallant, con una brisa fresca. El humo de las fogatas de los nativos fueron vistas cerca de la entrada del canal Bárbara; y en la isla Prince, donde nos detuvimos unos pocos minutos, el primer hombre que vimos tenía un viejo par de pantalones marineros, que había obtenido del Beagle atados alrededor de sus piernas en seis partes. El wigwam en que esta gente estaba viviendo estaba cubierto la mitad: tanto el viento como la lluvia entraba en el. Cómo ellos aguantan el frío es sorprendente, estando sin ropas, un minuto sentado cerca del fuego, y luego quizás metidos hasta el pecho en el agua, sacando choros o erizos. Las mujeres se zambullen por los erizos, aun en medio del invierno;