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Jun. 1829.
EL SR. STOKES REGRESA - CABO QUOD.

Muchas grandes entradas y senos parecen canales; pero yendo una corta distancia dentro de ellos, uno encuentra agua muerta.

“29. Pasamos a través del canal Jerónimo, y llegamos a la barra del río Batchelor, al anochecer; pero el cúter había varado, y nos dio algunos problemas reflotarlo nuevamente. Después uno de los hombres desembarcó en la barra, y caminando por las aguas más profundas, y la ballenera siguiéndolo, nos metimos dentro del pequeño río a las nueve, no arrepentidos de estar a salvo. Hay corrientes de marea entre el canal Jerónimo , y el río Batchelor, que a veces son peligrosas, pero como la brisa era moderada, pasamos sin dificultad.

“Mayo 30. Empleados principalmente en estibar otra vez el cúter, empaquetar las muestras, y preparando mi bote para tomar lo que quedaba de nuestras provisiones. A las dos de la mañana siguiente, cuando la marea le servía, el Sr. Stokes zarpó de regreso al Beagle, y al tener tanto el viento como la marea en su favor llegó temprano a caleta Gallant.

“El viento aumentó después del amanecer, y sopló fuerte, con rachas. Esperé un corto tiempo, pero, no habiendo esperanzas de mejorar, dejé el río. Mi bote estaba muy atiborrado, tenía las cajas de los cronómetros, y más instrumentos que antes; sin embargo bogábamos muy bien, aun contra de los fuertes chubascos. Después de desembarcar en el lado oeste de la entrada del canal Jerónimo, para tomar demarcaciones y ángulos, bogamos a lo largo de la costa hacia el oeste, y en la oscuridad varamos el bote en un pequeño rincón protegido. Después que lo aseguramos, nos dedicamos a buscar lapas y choros para cenar, con la luz de un farol, pues teníamos buen apetito, y nuestras provisiones eran pocas.

“Junio 1. Bogamos a lo largo de la costa contra un fuerte y turbulento viento, y antes del atardecer casi llegamos al cabo Quod; pero no siendo capaces de pasarlo, paramos en una caleta en el lado este.

“2. Nuevamente en los remos, temprano, teniendo una mañana clara, con la marea mas bien en nuestro favor. A las once, el cabo Quod estaba atrás de nosotros; y se nos presentó una amplia vista del Estrecho. Esta parte es muy accidentada y árida, y se ve triste, de verdad; en donde un árbol puede echar raíz trata de crecer. Esta noche la pasamos en una isla pequeña al lado oeste del seno De las Nieves.