Página:Narrative of the surveying voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836.djvu/288

Esta página no ha sido corregida
CAPÍTULO XIV

Lugar para un establecimiento – Escarcha – Botes en peligro – Escapamos por poco – Cambio repentino – Cerros Beagle – Pinturas fueguinas – Mareas – Medicina – Agua más caliente que el aire – Canal Jerónimo – El Sr. Stokes regresa al Beagle – Cabo Quod – Seno Nevado – Seno Ballena – Bahía Choiseul – Regreso al Beagle – Regreso del Adelaide – Plan de operaciones – Dificultades solucionadas – Preparativos – Desgaste y rotura de la ropa – Ascenso al monte De la Cruz – Zarpe de caleta Gallant – Mareas – Bahía Borja – Cabo Quod – Golfo de Xaultegua – Escarcha y nieve – Encuentro con el Adelaide – Separación – Entrada al Pacífico – Llega a Chiloé.

“18 de mayo. Muy frío, fuerte lluvia, y soplando con fuerza del SO. La marea cambió este día (luna llena), y tiró hacia el oeste a las 1.15. Solo digo 'cambió' porque no pude distinguir el reflujo del flujo, tan pequeña era la subida y la bajada aquí. Tan pronto como la marea cesaba de correr en una dirección, comenzaba a correr muy fuerte en la otra, por aproximadamente seis horas. Durante las últimas cuatro noches me di cuenta, que pronto después de la puesta del sol el cielo repentinamente se cubría, caía una lluvia insignificante, y después el cielo se volvía maravillosamente claro. El clima debe ser muy parecido al de la costa este de la Patagonia, ya que los arbustos crecen aquí como los que vi en puerto Deseado. Mientras caminaba, las hojas y las ramas secas crujían bajo el pie, lo que es muy distinto de lo que uno observa en el estrecho de Magallanes, donde todas las cosas están húmedas y esponjosas, Me inclino en pensar que este lugar es adecuado para un establecimiento. Hay agua, madera, y buena tierra, apta para sembrar, además tierra con prados; el clima no es malo; y probablemente los indios patagones podrían ser inducidos a comerciar carne de guanaco, como ahora lo hacen en bahía Gregorio; mientras que cualquiera de sus incursiones hostiles serían evitadas por el canal.

“19. Dos nativos, un hombre y un niño, llegaron a nuestras embarcaciones esta mañana; parecía que no tenían ni curiosidad, ni temor, ni aún entusiasmo por el tabaco. Tomaron un pedazo de yesca, cogieron una piedra, y se fueron a uno de sus wigwams, a poca distancia, donde pronto después vimos ardiendo una fogata.