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Abr. 1829.
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LOS REZAGADOS REGRESAN - CONTINUAMOS.

con el. Ambos botes fueron advertidos a fondo sobre los indios, porque tenía pensamientos de su traición. Justo cuando los botes estuvieron fuera de nuestra vista, tres personas fueron observadas en la cima de un cerro, a unas seis millas de distancia, y, al mismo tiempo otras dos personas aparecieron, mucho más cerca del buque, en el lado este del puerto. Cual era nuestra gente, y quienes los otros, era complicado decirlo. Ambos desaparecieron de nuevo por unas dos horas, cuando nuestros rezagados llegaron a una colina, muy cerca del buque. A su llegada a bordo, apenas eran capaces de moverse, habían estado caminando, casi sin comida, y sin refugio de la lluvia, desde que dejaron el buque. Su intención había sido caminar alrededor de la bahía, lo cual parecía un trabajo de solo dos horas; pero en su extremo encontraron un lago, y más allá de este lago uno mucho más grande, unido al primero por un paso, que no pudieron cruzar. Cuando llegaron a este paso, era muy tarde para regresar por el camino que habían ido, y su mejor chance pareció ser continuar como iban. Al anochecer, trataron de encender un fuego, pero la lluvia se los impidió. Estaba muy oscuro para ver el camino, y la fría lluvia los obligó a mantenerse en movimiento, aunque en su lugar. Cuando amaneció, volvieron a avanzar, y hasta que llegaron al buque a las dos estuvieron caminando constantemente.

“La otra gente vista por nosotros deben haber sido indios, ninguno fue encontrado por nuestros viajeros, pero varios lugares por los que pasaron había fogatas que habían sido hechas por ellos.

“Abril 10. Inmediatamente que nuestros botes regresaron, levamos y nos hicimos a la vela; pero pronto el viento falló, y la marea en contra nuestra , me obligó a fondear.

“Abril 11. Nos hicimos a la vela hacia el paso entre la isla Isabel y el cabo Negro, y fondeamos ahí para esperar la marea, que tiraba cuando estábamos fondeados, a una razón de tres nudos por hora. Cerca de cabo Negro la apariencia del terreno cambia completamente. El territorio bajo árido da paso a colinas cubiertas de bosques, aumentando en altura, y volviéndose más rocoso y montañoso a medida que vas hacia el sur.

“El 13, cuando navegábamos cerca de tierra, en contra de una suave brisa del sur, vimos una pequeña canoa remando a lo largo de la costa,