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Jul. 1829.
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PINTO - DIRECTOR.

un lindo día, cuando la cadena de montañas está destapada, la vista es imponente; pero no tan impresionante como cuando sus partes bajas están ocultas, y sus cimas parcialmente expuestas. Esta parte de los Andes se eleva a cerca de 11.000 pies sobre el valle, y están cubiertas con nieve sus lados hasta la mitad, el borde inferior está normalmente definido, y presenta cambios de color tan abruptos y horizontales como que parecen poco normales, lo cual disminuye mucho la grandeza de la vista. Pero en cualquier circunstancia esta vista vista desde la cuesta de Lo Prado, es magnífica, y produce un efecto indescriptible. El camino desciende por el lado este de la cuesta, hasta un valle cercano a los 1.100 pies bajo la cumbre. Tanta lluvia había caído durante los días precedentes y la última noche, que nuestro cochero expresó alguna duda si podríamos ser capaces de cruzar el Pudahuel, un río que es frecuentemente infranqueable por la fuerza de su corriente. La idea de pasar una noche en esta cuchitril que nos estaba llevando fue suficiente para inducirnos a correr un riesgo considerable, y nos pusimos en marcha para intentarlo. El agua era muy profunda, y la corriente suficientemente fuerte como para darle un aspecto de algún peligro; pero, habiendo pasado esta dificultad, pronto llegamos a la ciudad de Santiago, y el la casa del Sr. Caldcleugh, disfrutamos la hospitalidad y compañía de un amigo de buen corazón.

Esperé al Director (Pinto), quien me recibió con la mayor cortesía. Él entró en los detalles de nuestro viaje pasado con mucho interés, asegurándome que todas las instituciones nos proporcionarían cualquier ayuda, y nos prestarían asistencia, cada vez que fuese requerida, y en este ofrecimiento nunca fuimos defraudados, porque en todas las ocasiones la conducta de las autoridades hacia nosotros fue marcada por la atención, y aún por la amabilidad. Hago esta observación con el mayor placer, ya que era muy poco común en nuestras comunicaciones con las autoridades de los gobiernos que habíamos visitado previamente, encontrar que los objetivos de nuestro viaje, fueran considerados a lo menos interesantes.

Aunque el tiempo, durante nuestra visita a Santiago, no fue considerado bueno, dejamos la ciudad y sus alrededores con la fuerte impresión de lo saludable del clima, y lo