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Ene. 1829.
PAMPERO EXTRAORDINARIO.

en la orilla opuesta, fue hecho añicos. Cuando la tempestad comenzó, uno de nuestros botes venía desde la isla; el oficial estaba totalmente inconsciente del huracán que se aproximaba, y como estaba sobrecargado de gente, estuve muy intranquilo hasta que las ráfagas pasaron, y observé que se encontraba varado en la orilla opuesta, muchas yardas sobre la marca de la marea alta, a cuya posición había sido llevado por la fuerza del viento. La violencia de este pampero, durante los veinte minutos que duró, fue terrible. Antiguos habitantes de Maldonado declararon, que no habían experimentado nada igual en los últimos veinte años. La rociada fue llevada por el viento arremolinado, amenazando la completa destrucción de todo lo que se le oponía. En menos de media hora había disminuido a un vendaval fuerte del SO, que duró toda la noche.

Justo antes que comenzara el pampero, L'Arethuse, fragata francesa, fue vista sobre la punta de tierra con todo su velamen desplegado; pero al no verla cuando el temporal pasó, nos alarmamos mucho por su seguridad. Con la luz del día, sin embargo, del día siguiente, la vimos fondeada cerca de isla Lobos, y cerca de ella estaba nuestro consorte, el Beagle, de cuya aproximación no habíamos sabido nada, pero que parecía estar fondeado bien, con sus masteleros trincados, y a sotavento de la isla. L'Arethuse viró su cable en la tarde, y se hizo a la mar.

El 1 de febrero el viento disminuyó, y permitió al Beagle unirse a nosotros, cuando nos enteramos que había estado a punto de zozobrar por el pampero; y había sufrido una pérdida considerable de velas y mástiles, además de daños en sus botes. Ambos masteleros, la botavara del foque, con todas las vergas pequeñas habían volado, y su foque y velachos, aunque aferrados, habían sido despedazados. El buque estuvo peligrosamente escorado durante un tiempo, pero el dejar ir ambas anclas lo adrizó llevando su proa hacia el viento, lo cual evitó la necesidad de haber cortado los mástiles bajos. Para aumentar su mala suerte, dos hombres fueron barridos por sobre la borda, desde lo alto, y se ahogaron.

Estas severas pérdidas causaron una considerable detención; pero, afortunadamente llegó el Ganges, y prestó toda la ayuda en la reparación y reposición de los daños del Beagle.