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Ago. 1828.
CARNE DE GUANACO - ZORRILLO.

libras de peso; y costaron en total diez libras de tabaco, cuarenta galletas, y seis cuchillos de bolsillo. Al comienzo una galleta era considerada equivalente a cuarenta o cincuenta libras de carne, pero con el aumento de la demanda, el precio subió cuatrocientos o quinientos por ciento. Con los patagones había dos tripulantes del Sr. Low, que le habían dejado. Eran portugueses, en un estado miserable, y que parecían estar profundamente avergonzados de ser compañeros de un grupo tan sucio: no podían hablar inglés, por lo que nos pudieron dar muy poca información. No habían adoptado entonces al atuendo indígena, aunque, por el estado de sus ropas, estarían obligados muy pronto a adoptarlo.

En puerto Pecket fueron reunidas unas pocas palabras del lenguaje nativo, las cuales son muy diferentes de aquellas dadas por Falkner, en su descripción de los nativos patagones: el mismo dice, que el lenguaje de los indios del norte difiere sustancialmente del de los 'Yacana Cunnee.'

Durante la comunicación del teniente Graves con los nativos, en puerto Pecket, obtuvo alguna información interesante respecto a estos indios, la cual será entregada en una parte posterior de este trabajo.

El Adelaide me trajo algunas adiciones muy gratas para mi colección zoológica, entre los que estaba el zorrillo, o skunk, de las pampas; no diferenciándose de ninguna manera de las especies que se encuentran cerca del Río de la Plata, en tal cantidad como que impregnan el aire con su olor desagradable a muchas millas alrededor.

He encontrado frecuentemente el aroma de este ofensivo pequeño animal claramente perceptible cuando estaba a bordo del Adventure, fondeados cerca de dos millas de Montevideo, con el viento soplando desde tierra.*[1]

  1. *D'Azara, en su Ensayo de historia natural de los cuadrúpedos del Paraguay, da el siguiente informe de este animal, que él llama Yagouaré. Tiene su madriguera en el suelo, se alimenta de insectos, huevos, y pájaros, cuando puede sorprenderlos, y se mueve sobre las llanuras y los campos tanto de día como de noche en busca de comida; cepillando el suelo con su cuerpo, y llevando su cola en posición horizontal. No le importa la presencia del hombre o de las bestias, a menos que se intente dañarlo o tomarlo, entonces recoge su cuerpo, eriza los pelos de su cola, levantándola verticalmente, y en esa