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Jun. 1828.
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CORTA ESTADÍA EN PUERTO OTWAY.

e incesantes y fuertes lluvias, acompañadas por fuertes temporales, la salud de la tripulación había sido seriamente afectada, especialmente con dolencias pulmonares, catarros, y afecciones reumáticas; y que, la repetición de ellos probablemente sería fatal en muchos casos, una suspensión temporal sería de gran ventaja para la tripulación, ofreciendo una oportunidad de recuperar su salud.'

“Al recibir la comunicación anterior por parte del médico, ordené que las vergas y masteleros fueran trincados, y que la nave fuera cubierta con las velas. Esta precaución fue empleada para prevenir que la gente fuera expuesta a una exposición frecuente, que no se empleara a nadie en los botes, excepto una vez al día para conseguir choros, y se evitó cualquier cosa que pudiera interferir en lo más mínimo en la recuperación de su salud; pero este lugar era extremadamente mal adaptado para los cuartele de invierno de una tripulación, ya que los bosques que lo rodeaban, hasta el borde mismo del agua, no dejaban espacio para hacer ejercicios en la playa, ni para jugar u obtener peces, excepto moluscos; de los cuales, afortunadamente (choros y almejas), encontramos en abundancia y que demostraron ser útiles en la eliminación de los síntomas del escorbuto, además de proporcionar un cambio de dieta. El lugar estaba desprovisto de habitantes, y sin esa fuente de recreación, en las cuales las relaciones con cualquier persona, aunque sea incivilizada, proporciona a las tripulaciones después de un crucero trabajoso y desagradable en estas inhóspitas soledades. Todos los puertos a lo largo de esta costa son igualmente malos para la permanencia en invierno, y fue solamente nuestra peculiar situación la que me indujo efectuar una corta estadía en este lugar."

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Aquí terminan los comentarios y notas del pobre comandante Stokes. Los que han estado en una de estas pruebas como él, en una desconocida costa al socaire, durante la peor descripción del tiempo, entenderán y apreciarán los sentimientos que obraron tan poderosamente sobre su excitable mente.

El Beagle permaneció quieto hasta el 29 de junio, cuando el médico informó “la tripulación está lo suficientemente sana para desempeñar sus funciones sin ninguna lesión material de sus constituciones”.