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Abr. 1828.
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LOBO DE MAR-MUY MAL TIEMPO.

cualquier otra cosa que leña; de los que cortamos había apenas uno que no tenía más o menos podrido el corazón, un defecto probablemente causado por la extrema humedad del clima.”

“Durante nuestra estada, nuestro navegante, acompañado por el contramaestre (f)[1] un experimentado lobero, fueron a cazar lobos en las rocas, y regresaron a las pocas horas, con algunos de clase inferior, llamados “lobos de dos pelos”, los que eran numerosos; pero el oleaje en la mayoría de los lugares era muy fuerte para permitirles desembarcar sin mucho riesgo. Los fritos de los lobos jóvenes pensamos que son extremadamente buenos, no superados siquiera por los excelentes fritos de cordero.

“En la mañana del 5 zarpamos hacia el oeste, apartados de la tierra de cada lado de la entrada; y a la puesta del sol, el cabo Tres Puntas demarcaba N al O 172 O, distante dos leguas. La brisa del norte, que habíamos tenido desde que salimos de puerto Henry, aumentó rápidamente a un fuerte temporal, y a las 8 PM estábamos reducidos a navegar con la vela mayor y la vela trinqueta aferradas. El temporal continuó con violencia sin aminorar durante el 6, 7 y 8 del norte, del NO y del SO, con mar montañosa confusa. Nuestras cubiertas estaban inundadas constantemente, y casi nunca pudimos llevar algo más que la vela mayor y la vela trinqueta aferradas. Ocurrieron sólo dos accidentes: el pequeño bote que llevábamos a popa fue barrido por la mar gruesa que rompía sobre nosotros, mientras lo izábamos al interior del buque; y el barómetros marino fue quebrado por el violento movimiento del buque. Al mediodía, del 8, el cabo Corso estaba de nosotros, por cálculos, al SE (verdadero) distante cincuenta y cinco millas. Yo había tratado de ganar una ancha lontananza para obtener una mar menos turbulenta, y porque ni siquiera un esbozo de la linea de la costa de la isla Campana estaba dibujada en la carta. No tuvimos, durante estos tres días, el vislumbre del sol o de una estrella, porque sopló un temporal constante, acompañado por chubascos, tiempo brumoso y lluvia. De acuerdo a la época del año, la estación del invierno no debería haber llegado, pero el tiempo parecía decir que ya había llegado – Hosco y triste, con todo su séquito

de vapores, nubes, y tormentas.

  1. (f) Thomas Sorrell, ahora contramaestre del Beagle (1837). Él fue contramaestre del Saxe Cobourg cuando naufragó en puerto Furia – R.F.