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Abr. 1828.
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NATIVOS - CLIMA.

Los nativos habían descubierto y visitado el buque mientras yo estaba lejos, pero el teniente Wickham no los alentó a que permanecieran; y dos o tres intentos de robo fueron detectados, fueron tratados con muy pocos cumplidos; así que encontrando que su compañía no era deseada, se fueron cruzando el Estrecho a bahía Lomas, donde por varios días después, el humo de sus fogatas fueron vistos. Eran los mismos indios que habíamos conocido en puerto San Antonio.

Que estos indios hayan sido recibidos tan fríamente, puede que parezca haber sido imprudente de nuestra parte, cuando se considera que nuestros veleros más pequeños y botes podrían encontrarse con ellos, y sus tripulantes maltratados a modo de represalia. Fue, sin embargo, tiempo que ellos deberían saber de nuestra superioridad; ya que, últimamente, varios ataques muy traicioneros habían sido hechos por ellos en las naves loberas, y este grupo era el más ansioso e insolente que habíamos visto. Uno de ellos se burlaba de nuestros hombres con el box, un logro que había probablemente aprendido de los tripulantes de las naves loberas; entre otros, se fijó en el sargento de los Marines, quien muy bruscamente lo empujó por sobre el costado, y lo hizo volver a su canoa, y con molestia la alejó del costado de la nave, y le lanzó una piedra al sargento que estaba parado en la pasarela. Como erró el tiro y no le hizo daño, no se tomó ninguna medida por su maldad. Después supimos que este mismo grupo había visitado puerto Bougainville, donde estaba fondeado el Adeona; pero como el Sr. Low no los animó a que permanecieran, ni les permitió subir a bordo de su bergantín, muy pronto se fueron.

La diferencia entre los climas de las partes occidental y oriental del Estrecho eran muy notables. Hacia el oeste el territorio, esta principalmente vestido con árboles de hoja perenne, tales como el haya de hoja lisa, y el calafate, con un sotobosque madroños y berberis, que parecen poseer un verdor constante, ni cuando la nieve lo cubre todo, ellos asumen cualquier cosa con apariencia de invierno. Hacia el este, los árboles de hoja perenne son menos comunes, su lugar está ocupado por el haya (Fagus Antartica), cuyas hojas se caen muy luego. La nieve había también comenzado a cubrir las tierras bajas, dando señales del invierno. Abril terminaba