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Abr. 1828.
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AVES - PECES - ANGOSTURAS.

intrincado, pospuse tratar de entrar con la nave hasta que se ofreciera una oportunidad más favorable, y regresamos al lugar al sur de caleta Warrington, llamado bahía Dighton, donde fondeamos frente a una playa de arena en veinte brazas, y aseguramos el velero colocando el anclote en la orilla. Esta playa de arena fue la primera que habíamos encontrado en la parte oriental del Estrecho. La arena es de cuarzo, de color blanco, y siendo una novedad, hizo al lugar interesante. Un riachuelo, provisto por las quebradas del monte Maxwell, pasaba por sobre la playa hasta el mar, del cual se podía obtener un abundante suministro de excelente agua sin dificultad.

No vimos cuadrúpedos, pero, de la familia de los plumíferos, encontramos pájaros carpinteros, martínes pescador, y chochas, y en los rincones protegidos varios colibríes se movían entre los floridos matorrales de calafates, fucsias y arbutus. En el sentido de la corriente, en el paso estrecho, el mar lleno de peces, sobre los cuales sobrevolaban cormoranes y otras aves marinas, cazando sobre los pequeños pececillos que trataban de eludir a sus voraces enemigos, los delfines y los lobos de mar, miles de los cuales fueron vistos paseándose mientras proseguíamos nuestra ruta. Las ballenas eran también numerosas en la cercanías, probablemente debido a la abundancia de los pequeños camarones rojos, que constituyen su alimento principal.

Fui de nuevo a examinar el paso, y como estaba la corriente en contra nuestra, nos obligó a bogar cerca de la orilla oeste para aprovecharnos parcialmente de la contracorriente, de lo contrario no habríamos podido continuar hasta el cambio de la marea.

Estas angosturas, llamadas angosturas Shag, por la cantidad de aves que hay allí así llamadas por los marineros, no tienen más de cien yardas de ancho. El término del lado sur está enfrentado por una isla, desde cuya cima, de alrededor de cuatrocientos pies de alto, esperaba obtener una buena vista hacia el sur, y después de pasar las angosturas desembarcamos y alcanzamos la cima. Mientras mirábamos alrededor de la vista, y preparábamos el teodolito, una chocha salió del pasto largo y caminaba alejándose tan despacio, que el Sr. Tarn casi tuvo suerte de pegarle con un palo. Este pájaro nos proporcionó el nombre para esta estación, que encontramos estaba en el lado norte de una gran cuenca, diez millas de ancho, y seis de largo, terminando en