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ANTIGUOS INFORMES DE LOS PATAGONES

una pila de piedras, describe los esqueletos como que medían diez u once pies de largo, “las calaveras de los cuales las pudimos colocar en nuestras cabezas como si fueran cascos!”.

Los Nodales no vieron a ninguna persona en el lado norte del Estrecho; con quienes se comunicaron eran nativos de Tierra del Fuego, de cuya forma no dieron ninguna información.

Sir John Narborough vio un indio en puerto San Julián, y los describe como “gente de estatura mediana: bien formados ...el Sr: Wood era más alto que cualquiera de ellos”. También tuvo una entrevista con diecinueve nativos en la isla Isabel, pero eran fueguinos.

En el año 1741, indios patagones fueron vistos por Bulkley y sus compañeros. Estaban montados en caballos, o mulas, lo cual es la primera noticia que tuvimos que poseyeran estos animales.

Duclos de Guyot, en el año 1766, tuvo una entrevista con siete indios patagones, que estaban montados en caballos equipados con sillas de montar, bridas y estribos. El más bajo de los hombres medía cinco pies once pulgadas y un cuarto inglés. Los otros eran considerablemente más altos. A su jefe o líder lo llamaban “Capitán”.

Bougainville, en 1767, desembarcó en medio de los patagones. De su tamaño comenta: “Tienen una forma fina; entre los que vimos, ninguno estaba por debajo de los cinco pies diez pulgadas y un cuarto (inglés), ninguno sobre seis pies dos pulgadas y medio de altura. Su apariencia gigantesca surge de su prodigiosa anchura de hombros, el tamaño de su cabeza, y el grosor de todos sus miembros. Son robustos y bien alimentados: sus nervios son reforzados y sus músculos fuertes, y suficientemente duros, etc.”. Esta es una excelente información, pero qué diferente es con la del comodoro Byron, quien dice, “Uno de ellos, que después pareció ser el jefe, vino hacia mí, era de estatura gigantesca, y parecía hacer realidad los cuentos de monstruos de forma humana, tenía la piel de alguna bestia salvaje echada sobre sus hombros, como un montañés escocés lleva su falda a cuadros, y estaba pintado para darle la apariencia más horrorosa que yo