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May. 1827.
BYZANTE - MARÍA.

pero comprensible, español, y expresó que ella misma era hermana de Bysante, el cacique de una tribu cercana al río Santa Cruz, quién es un personaje importante, debido a su porte (que María describió como inmenso), y su riqueza. Hablando de él, ella dijo que era muy rico; tenía muchas mantas, y también muchas pieles (“muy rico, tiene muchas mantas y también muchos cueros”). Un compañero de María, hermano de Bysante, era el más alto y más corpulento de esta tribu, y aunque sólo medía seis pies de alto, su cuerpo era lo suficientemente grande para un hombre mucho más alto. Estaba muy acongojado: su hija había muerto solo dos días antes de nuestra llegada; pero, no obstante su triste historia, pronto encontró a sus amigos, no pasó mucho tiempo antes que estuviera totalmente ebrio, y comenzó a cantar y decir a gritos el motivo de su desgracia, con un sonido más parecido al bramido de un toro que la voz de un ser humano. Al dirigirnos a María, que no estaba tan bebida como su hermano, que le impidiera hacer tan horribles ruidos, ella se rió y dijo: “Oh, no se preocupen, está borracho, pobre hombre, su hija está muerta (Es borracho, povrecito, murió su hija); y luego, adoptando un tono serio, miró hacia el cielo, y murmuró en su propio idioma una especie de oración o invocación a su demonio principal, o espíritu dominante, que Pigafetta, el compañero e historiador de Magallanes, llamó Setebos, y que el almirante Burney supuso que había sido el nombre original de uno de los nombres de Shakspeare en la “Tempestad” -

“Su arte es de tal poder que podría controlar a mi madre diosa Stebos” *[1]


La vestimenta de María era similar a la de las otras mujeres; pero ella llevaba aretes, hechos de medallas estampadas con la imagen de la Virgen María, los cuales, con el broche de bronce que sujetaba su manta sobre el pecho, le habían sido dados por un tal Lewis, que había pasado a bordo de un velero lobero americano, y quien, entendimos de ella, los había hecho “cristianos”. El jesuita Falkner, que vivió entre ellos por muchos años, ha escrito un largo, y, aparentemente, muy realista informe

  1. * Burney, i, 35 y 37.