Las expediciones juntaban a gente ambiciosa y desesperada, que a través de contratos entre sí y con la corona, venían a invadir, robar, asesinar a una civilización que nada les había hecho. Fue una agresión brutal legalizada por la corona española a través del “quinto real” y por la iglesia católica a través del “diezmo”. Por la ley de los hombres y de Dios, los europeos vinieron a esclavizar y destruir una civilización, negar sus culturas, prohibir su religión, quitar sus lenguas, asesinar a sus dirigentes, sacerdotes y maestros, apoderarse de sus tierras. Pero sobre todo, a quitarles la condición de seres humanos. La ambición fue lo que unió a los europeos.
El deseo de hacerse famosos, importantes y poderosos.
Otro de los mitos y fantasías de la conquista es que los europeos eran ignorantes y pobres. No es totalmente cierto. En general, los conquistadores eran hidalgos. Sí bien, muchos no sabían leer ni escribir, pero eso era algo normal y natural en la Europa del Siglo XVI. El primer sistema de educación obligatorio y público se dio en Italia hasta 1596. No así en el Anáhuac que desde el año 1500 a.C. existía el sistema de educación obligatorio, público y gratuito. Lo que implica que en general, los pueblos indígenas tenían mucho más educación que los conquistadores y los
colonizadores de la primera parte del Siglo XVI.