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El “conquistador—colonizador—explotador” sabe que en la medida de que el invadido pierda el recuerdo de la grandeza de su noble pasado y se convierta en una persona corrupta, vulgar, irrespetuosa, floja, abusiva, inmoral, pendenciera, tramposa y mentirosa, en esa medida, podrán ser fácilmente explotable. Al vivir en una sociedad con esta clase de lacras y aceptarlas, los “conquistadores—colonizadores—explotadores” serán tomados como “los más efectivos”, los ganadores, los que mejor saben moverse en un sistema “que siempre ha sido así” y así será hasta el fin de los tiempos.

TOMAR A LOS INVASORES EXTRANJEROS COMO AMIGOS Y COMO DIOSES.

Desde los primeros tiempos en el Anáhuac, como toda civilización de alto desarrollo humano, se respeta y se trata con hospitalidad a los extranjeros que vistan nuestra “casa-tierra”. Esta milenaria cortesía ha sido abusada desde el principio por los extranjeros, primero europeos y ahora de varias partes del mundo. Algunos extranjeros abusivos ha

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