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Dos formas distintas y opuestas de ver y entender el mundo y la vida. En efecto, sí los anahuacas era comunitarios, responsables del equilibrio del mundo, espirituales, simbólicos, sus guerras eran para tomar prisioneros para sacrificarlos y para hacer tributarios a los vencidos, respetando su cultura, su idioma, su religión y sus costumbres. No se trata de “disculparlos” o de “idealizarlos”, vivían un periodo decadente de la larga historia del Anáhuac. Los europeos eran individualistas, responsables de la expansión de la Corona Española. Eran materialistas, directos y concretos, sus guerras tenían el objetivo de enriquecerse personalmente y destruir, esclavizar, despojar, quitando la condición de seres humanos a los invadidos, prohibiendo sus culturas, sus idiomas, su religión y sus costumbres. Asesinaban a los anahuacas a la menor sospecha de las formas más crueles posibles, sin el menor remordimiento. Los invasores no les daban el estatus de seres humanos.

Dos formas diferentes de interpretar el momento histórico y la invasión. Para los anahuacas era el fin de un periodo de crisis producida por los aztecas y el fin de un largo periodo de decadencia en espera del profético retorno del Mesías que todo lo restauraría. Para los europeos era la oportunidad de su vida de hacerse ricos y poderosos. Actuando totalmente fuera de la ley de España y de Dios. Convirtiéndose de golpe en seres casi divinos, con mucho mayor poder y riqueza que las más poderosas monarquías de Europa, situación que los trastornó y los descarriló de su propia empresa, dado que en general, el final de los conquistadores

fue trágico.

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