puesto en el Salón próximo un cuadro grande, un cuadro colosal, cuyas figuras, de tamaño mayor que el natural, habrían de representar una escena tristísima y de gran importancia histórica.
Casanova pensaba como asunto de su inmensa tela, la muerte de Felipe II, y se dedicó completamente á este largo trabajo.
Alguien le dijo que el patriotismo exigía dar la preferencia á España y que el cuadro debía ir á Madrid y figurar en la próxima Exposición de pinturas.
Nuestro pintor es patriota, y abandonando el centro en que vive y donde le conviene exponer, enviará su cuadro á la patria.
No diré yo cómo es, ni si me parece bien ó mal. Lo primero sería descubrir el secreto del artista, que sólo el público debe conocer. Lo segundo, adelantar opiniones. Baste saber que el cuadro de Casanova y Estorah será de los más importantes que figuren en la Exposición próxima, y que ocupa todo el estudio aquel donde hemos pasado hace pocos dias dos horas.
Estudio curiosísimo que no se parece á ninguno. El de Madrazo es aristocrático, el de Domingo es rico, el de Aranda práctico, el de Ribera sencillo, el de Egusquiza suntuoso, el de Gisbert campestre.... Pero el de Casanova es un almacén artístico, un gran montón de infinitas cosas, todas útiles, todas características, todas en armonía con el género del artista. Hábitos y mantillas blancas, sandalias y abanicos, tabaque-