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MIS CONTEMPORÁNEOS.

ciencia. El artículo de Augusto Vacquerie en el Rappel defendiéndola sin conocerla, y colocándose el, austero republicano, de parte de la interesante aristócrata, me produjo efecto muy grato.

Una mañana en que fui invitado á almorzar por un amigo mejicano, ví sobre el piano el retrato de fotografía de la Duquesa. El retrato se vendía, según supe después. Acabado el almuerzo, fui á comprar uno, pero según me dijeron en la única tienda donde había sido expuesto, no quedaban ya ejemplares. La Duquesa tenía un público suyo, de admiradores ciegos, que si hubieran compuesto el jurado la habrían perdonado. ¡Cómo no, si era tan hermosa, y tan desgraciada!

Esta mujer, que durante dos ó tres años ha sido la admiración del mundo de aristócratas y de millonarios en que reinaba, ha muerto ayer en el barrio de la Villette, en un cuarto segundo de una calle apartada, en un dormitorio de familia, en una cama de hierro; sola, olvidada, después de vivir seis meses de limosna.

La Villette es, en París, una población de jornaleros. Carniceros, fundidores, drogueros, fabricantes de artículos de primera necesidad, constituyen su parte más rica. El resto lo componen casi todos los obreros de París. Abundan allí las brasseries, los billares de gente pobre, las casas de vecindad, los almacenes de comestibles, todo lo que pueda imaginarse de más opuesto en fin, á la vida que la Duquesa de Chaulnes había hecho desde su infancia.