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pero encubrió el delito. Por lo demás, los distingos del general son un tanto casuísticos.

Aunque el señor Mosquera calla el nombre del general***, da señales suficientes para que creamos no incurrir en equivocación al designarlo. Este general era don Tomás Ileres, ministro de la Guerra tan luego como Sánchez Carrión cayó enfermo, y asesinado en Angostura, hoy Ciudad-Bolívar, allá por los años de 184o, poco más ó menos. Heres había sido secretario de Bolívar, en diversas épocas, y el hombre de íntima confianza para el Libertador.

Kl general Mosquera ha hecho, como la Providencia, con pautas torcidas renglones derechos. El prestigio de su pluma y nombre, más que en defensa de su ídolo, se ha empleado, por esta vez, en obsequio mío. ¡¡¡Y sin embargo, me llama calumniador, á la vez que se encarga de probar que no he calumniado ni mentidoIII Por Dios, que no entiendo la contradicción.

Concluye el autor del folleto Bolívar y sus detractores defendiendo al Libertador de los cargos de ambicioso y absolutista; refuta ligeramente dos párrafos de la obra del señor PazSoldán; da pormenores sobre la entrevista de Guayaquil, á la que dice que se halló presente en su calidad de secretario [1] reproduce copia de las instrucciones dadas por San Martín á García del Río y Paroissien para, que buscasen un príncipe europeo que nos hiciera la merced de venir á gobernarnos, documento cuya autenticidad puso en duda alguno de los que en Lima me refutaron); y termina con un paralelo entre Bolívar, Washington y Bonaparte. Puntos son estos de que ya en otros escritos me he ocupado y que dan campo para vastas apreciaciones de que por ahora prescindo.

En resumen, las revelaciones del Gran General han venido á darme derecho para gritar:— ¡victoria en toda la línea!— Difiriendo en ligeros detalles, estamos de acuerdo en los puntos culminantes: el asesinato político de Monteagudo y el envenenamiento, también político, de Sánchez Carrión.

  1. No es cierto. El General Mosquera tuvo tfiem ore en Colombia reputación de aficionado á darse bombo. Todos los historiadore:* están de acuerdo en que no hubo r^siigo alguno en la non ferencid de los dos proceres. Además Bolívar no habría incurrido en esa falta de atención social para con San Martín, autorizando la presencia de un simple teniente-coronel, que era la clase que investía entonces Mosquera.