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Por sorprendente que fuera esta proposición, me esforcé en reprimir su fatal impresión, contentándome con decirle que si el gobierno liberal y de crédito que presidia entonces la República Argentina fuera impotente para luchar con el Brasil, y solicitase el concurso de las fuerzas del Libertador, sería yo un soldado en sus filas.»

«Esta conferencia se prolongó algunas horas, y me permití descender hasta á la súplica para que el Libertador no deslustrara su esplendente aureola con sus pretensiones de dictadura que le enrostraría la América entera.»

Lo trascrito de las Memorias del general se comenta por sí solo. El republicanismo de Bolívar queda en transparencia.

Siento habcune visto obligado á probar con documentos, que Bolívar no amó al Perú ni á los peruanos, que no amó más que su ambición. Habría querido dejar en el goce de sus ilusiones y de su entusiasmo por el Gran Capitán de Colombia, á los que no se han tomado el fatigoso trabajo de escudriñar el pasado.

No soy de los que ciegamente se inclinan ante el dios Éxito. Días más, dias menos; con más ó menos sacrificios; con Bolívar ó sin Bolívar; con los colombianos ó sin ellos, la Independencia del Perú era un hecho que tenía que realizarse de una manera fatal, irremediable. Las repúblicas que, por solo la circunstancia de no haber sido el centro del poder colonial, tuvieron la fortuna de independizarse antes que el Perú, no se veían seguras mientras la monarquía tuviese un baluarte en América, y por su propia salvación estaban interesadas en auxiliarnos. El Perú fué agradecido, y ha pagado con usura servicios que perdieron mucho de su mérito desde que se nos echaron en cara.

Con mi folleto sobre Monteagudo he a¿quirido la triste convicción de que no se puede escribir, entre nosotros, sobre Historia contemporánea. Para hablar de hombres públicos, hay que esperar, como para la canonización de los siervos de Dios, á que transcurra siquiera un siglo. No siempre tiene uno la fortuna de encontrar adversarios que, como el señor Paz-Soldán, se respeten á sí propios y sepan respetar al escritor, no