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bal, ampliaciones de positiva utilidad para la Historia. En cuanto al pasquín que yo digo se atribuyó por entonces al doctor Urquiaga, me alegro de que el señor Mariátegui convenga conmigo en qufCJ ese no fué más que el pretexto de que se valió MonLeagudo para desterrar á aquel entusiasta republicano.

—La tercera y cuarta observaciones se contraen á negar la existencia del club ó Logia republicana. El señor Mariátegui ha olvidado que, en una de sus obras, el mismo nos habló de conciliábulos en la celda del padre oratoriano. La palabra Logia estaba á la moda, y se aplicaba á todo lo que hoy llamamos sociedad 6 asociación.

— Dice mi crítico, y yo sospecho que alude á don Toribio Rodríguez de Mendoza, que uno de los señores por mí nombrados no fué patriota. No creo que Rodríguez de Mendoza, el hombre que educó á una generación inculcándola ideas llberalísimas, para la época, merezca la exclusión que de él hace el señor Mariátegui, ni acepto que se exhiba á Ferreiros como un ser de carácter tan apocado, que transigiera con sus convicciones por no perder un mezquino sueldo, como empleado subalterno en una aduana.

—La observación siguiente no me compete. El señor Mariátegui se contrae en ella á referir pormenores sobre la caída de Monteagudo, suceso en que él tomó activísima parte. Esos pormenores son interesantes, aunque en el fondo no avanzan mucho sobre los que yo consigno en mi folleto.

—En la sexta observación ha estado (con perdón sea dicho) muy poco ó nada feliz el señor Mariátegui. Dice: «Lo del ofrecimiento de la corona del Perú á un príncipe inglés, es un cuento ridiculo y en lo que jamás se pensó; pues San Martín y Monteagudo sabían que en Inglaterra se habrían burlado de semejante ofrecimiento; jamás se les ocurrió tan extravagante idea.»

Supongo que para el señor Mariátegui sean documentos dignos de fe la parte de correspondencia (en clave) que existe hoy i en el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, las cartas que de San Martín y otros se han publicado sobre el particular y, más que todo, el pliego de instrucciones dadas á García del Río y Paroissien.