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Cachivachería

ción. Dejamos la palabra al padre Cappa. La muerte de Ata»hualpa fué un borrón del conquistador, un verdadero crimen, es cierto; pero crean los jóvenes que se han repetido y se repetirán hechos análogos, mientras dure el mundo, y con menor motivo, por más que se discrte contra ellos. Así se justifica hasta el asesinato de Abel y la crucifixión de Cristo.

¡Moral de jesuita! A los ignacianos les viene siempre á pelo aquello de: Cómo anda usted de capitales?—No ando del todo mal... tengo los siete pecados.

En un consejo de guerra, se decidió, por trece votos contra once, el suplicio de Atahualpa, mediando breves horas entre la sentencia y la ejecución. Nada de esto refiere el padre Cappa á sus alumnos. En homenaje á esos once honrados españoles que votaron porque Atahualpa fuese enviado á España, para que allá decidiese el rey sobre su destino, quiero consignar aquí sus nombres.

Llamáronse Juan de Rada, Diego de Mora, Blas de Atienza, Francisco de Chaves, Pedro de Mendoza, Hernando de Haro, Francisco de Fuentes, Diego de Chaves, Francisco Moscoso, Alfonso Davila y Pedro de Ayala. El padre Cappa parece que envidiara no haber figurado entre los trece asesinos del Inca; pues dice que, aunque en ese día se le hubiera perdonado, «pronto se hubiera encontrado motivo para insistir en su muer»te. Los españoles todos estaban convencidos de que, quitando »de en medio á Atahualpa, la conquista se allanaba extraordi»nariamente.» Oviedo, cronista real, después de estampar la relación de Jerez, conquistador que asistió á las escenas del sangriento drama de Cajamarca, dice: «por lo que he podido inquirir, la prisión y muerte de Atabalika fué injusta.

Y el gran Quintana, gloria de las letras en nuestros días, dice en su Vida de Piearro: «Si desde antes no tenía ya en »su corazón condenado á muerte al Inca, sin duda lo determinó cuando, satisfecha la pasión primera, que fué la de adquirir.

»pudo dar oídos solamente á las sugestiones de la ambición..

Sin esfuerzo convendrá el lector en que algo habremos hojeado sobre historia patria, y creerá nucsira afirmación de que en cronista ó historiador alguno habíamos encontrado hasta