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Mis últimas tradiciones

pañoles. En tal situación Bolívar, que se-había ocultado en Caracas, solicitó por intermedio de un español, amigo suyo y del realista Monteverde, un salvo conducto para alejarse del país. Copiemos literalmente á Mitre:

«Su protector lo presentó á Monteverde diciéndole:

—Aquí está don Simón Bolívar, por quien he ofrecido mi garantía.—Monteverde contestó:—Está bien: y volviéndose á su secretario, añadió:—Se concede pasaporte al señor (mirando á Bolívar) en recompensa del servicio que ha prestado al rey con la prisión de Miranda.—Era la marca de fuego puesta por la mano brutal del vencedor.—Según uno de sus biógrafos, Bolívar repuso que había preso á Miranda por traidor. Si hubiese sido traidor, habría merecido favores, y no martirios, de parte de los verdugos á quienes él contribuyó á entregarlo. Bolívar decía confidencialmente á sus amigos hasta el fin de sus días, que su ánimo había sido fusilar á Miranda, y que sin la oposición de Casas lo habría ejecutado. La defensa es tan siniestra, como tremenda la acusación. Los más grandes admiradores de Bolívar jamás han pretendido negar este hecho, que ha quedado como una sombra que todas las luces de la gloria no han podido disipar.»—Montenegro, Baral, Larrazabal y Ducoudray, entre otros, son las autoridades en que se apoya la narración de Mitre, que, aun para los más entusiastas adoradores del dios Bolívar, no pueden ser sospechosas.

Dejemos á nuestros lectores las apreciaciones sobre estas páginas, que todo comentario de nuestra pluma (que nunca fué fervorosa por la figura histórica de Bolívar) podría estimarse como fruto de personal pasión.

Desde el desembarco de San Martín en Pisco, hasta su alejamiento del país, no hay detalle que no sea consignado por el historiador argentino, y rigorosamente comprobado. Sin embargo (y perdónenos el señor Mitre nuestra petulancia) nos atrevemos á indicarle un pequeñísimo error de fecha en que, por distracción, ha incurrido. Dice el señor Mitre (página 205. tomo 3.º) que la noticia de la aproximación de Canterác la recibió San Martín el 4 de Septiembre, hallándose en el teatro: que desde su palco la anunció á los espectadores, llamando al