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Cachivachería

cuerdo á la tumba de las nobles amigas que, fraternizando en ideales con la digna madre de usted, fueron el encanto de aquellas deliciosas noches, de cordiales, de íntimas expansiones, gozadas en el modesto, á la vez que elegante, salón de la ilustre literata argentina.

439 ¡Ni cómo olvidar á Cristina Bustamante, la hada gentil de rizos cabellos y ojos fascinadores, que tan melódicos trinos arrancaba de su garganta de ruiseñor; á Rosa Mercedes Riglos de Orbegoso, la aristocrática dama, cuya pluma nos embelesaba con escritos de académica corrección; á Rosa Ortiz de Cevallos, la magistral pianista; á Victoria Domínguez, la risueñia joven, que cambió en breve su corona de azahares por las amarillentas flores del sepulcro; á Manuelita V. de Plasencia, la dulce poetisa de las sencillas frases, corazón de ángel encarnado en la más simpática de las mujeres!

¡Cómo olvidar á Adolfo García, el poeta de calderoniana entonación, sobre quien tan cruelmente pesaron las desventuras, ni al chispeante crítico español don Juan Martínez Villergas, ni al decidor Murciélago, ni á tantos otrosa asiduos concurrentes a las Veladas, verdaderas lides, en que las armas del talento y del ingenio se disputaban el lauro! Pocos quedamos en pie de aquella pléyade entusiasta de luchadores que hicieron de las amenas tertulias de Juana Manuela Gorriti, animado palenque de literarias contiendas.

Después... en el reloj del tiempo sonó la hora de los grandes infortunios para el Perú... y á los días de pasión febril por las letras, han sucedido los de amargura y desaliento.

Triste, tristísima cosa es encanecer y vivir de recuerdos dolorosos, que la memoria, en los viejos, no es sino vasto cementerio en el cual las lápidas son los nombres de séres que nos fueron queridos.

Por eso, el libro que á la vista tengo melancoliza mi ánimo con la tristeza de las tumbas, y no veo ni quiero ver en él más que la corona de siemprevivas funerarias, que el cariño de usted y el de Juana Manuela colocan sobre la losa de los muertos, pero no olvidados amigos y compañeros de labor literaria.

Muy cordialmente de usted afectísimo amigo.