Página:Mis últimas tradiciones peruanas y Cachivachería (1906).pdf/444

Esta página no ha sido corregida
436
Ricardo Palma

y poco ó nada que á la humanidad le interese saber. Tal es mi concepto sobre el líbrito. Desborda en él la poesía, y, ¿cómo no? si el autor es poeta, y poeta con toda la amplitud del vocablo, poeta exuberante de vida, de fuego en la fantasía, de frescura en el sentimiento y que, en la forma, acierta casi siempre con exquisiteces de expresión. Byron en Grecia, combatiendo por el derecho y cantando á la libertad, me cautiva más que Byron, cantor de sus pasiones íntimas, individuales. Siempre que leo versos de vate enamoradizo, que echa á los cuatro vientos los desdenes ó las sonrisas de una dulcinea, me digo: —¿Y á mí qué me cuenta usted? Cuénteselo á ella. — Hasta más arriba de la coronilla me tienen esos nenes.

Casi apostaría que si un vate de esos pregunta á su ado rado tormento si ha soñado con sus versos amorosos, la chica o vacilará en contestarle: —Claro que no, porque nunca tengu pesadilla.

Yo sé bien, señor Chocano, que hombre que tiene por oficio ó afición escribir versos, no puede libertarse de caer en ese ridículo. ¡Y bastante pecador que yo fuí allá en mis moce dades Por lo mismo que yo pequé, no quiero que otros pequen pintando mujeres, como dijo un poeta rancio. conbarba esdrújula, boca seguidilla, nariz romance, cara redondilla, pecho hermoso en plural, ojos sonetosy, en fin, un todo de los más perfetos.

Por eso en la edad de la experiencia y del arrepentimiento, aconsejo, en cabeza de usted, á la juventud, que no malgaste su talento y sus horas en naderías frívolas, sino que americanice su estro empleándolo en más levantados ideales, y que revistan siquiera novedad. Huele á rancio eso de estar siempre á vueltas y tornas con los labios de coral, y los ojos de gacela, y el cabello de ébano, y la frente de plaza de toros.

Quede todo eso para poetas chirles.

¡El amor! El amor es un poema cuyo primer verso lo escribio Dios en el Paraíso con la sugestión de la serpiente. Por millones y millones de siglos que la humanidad esté destinada by