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Cachivachería

de la nueva generación de escritores. No hago cuestión bataIlona del modernismo en boga con sus ramas de parnasianos, decadentes, simbolistas, etc., etc., por mucho que el modernismo no sea ángel de mi coro. Para mí, y ya en otra oportunidad lo he dicho, la mejor estética es la de Boileau: Tous les genres sont bons hors le genre ennuyeux.Lo de poner consonantes al fin de cada renglón es farea facilísima. Lo que tiene bemoles es poner talento.

Así, cuando leí las primeras composiciones, hijas de la fecunda musa de usted, me dije: —En este alumno de Apolo tela de poeta. ¿Quedará como tantos otros, que principiarou prometiendo opimos frutos, rezagado á mitad de camino?

El porvenir dirá.

Corriendo breves años, y há pocas tardes, leí en un periódico literario, una soberbia poesía titulada El Sermón de la Montaña. He ahí un poeta, exclamé, á media lectura, volteando la página para conocer el nombre del inspirado autor. El porvenir había hablado: era usted el poeta. Sin dar tregua á la espontaneidad del aplauso, envié á usted ese día mi felicilación muy cordial, y como palabra de aliento á su juventud.

Tengo para mí que si se convocara un certamen ó concurso de poetas americanos, bastaríale á usted, para alcanzar la rosa de oro en los juegos florales, concurrir sin otro caudal poético que su Sermón de la Montaña. No lime usted esos versos, no cambie una palabra en ellos, no agregue estrofa alguna, no zurza ni remiende. Deje vivir tan admirable poesía tal como brotó de su espíritu en horas de felicísima inspiración. Los retoques artísticos, por diestro que sea el pincel y por mucho que los colores abunden en la paleta, suelen desmejorar un cuadro.

Y ya que he dicho á usted todo lo que de bueno sobre su numen me retozaba en el alma decirle, ruégole me tolere lo que de agridulce pudiera encontrar en mi opinión sobre AZAHARES.

Los leí anoche, mejor dicho, los devoré. La musa enamorada, el ideal del femenino eterno, rimas que semejan lluvias de flores, estrofas que despiden cascadas de luz ó que se rebujan entre nieblas, mucho de subjetivo, de íntimo, de personal,