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cachivachería

seis escritores que igualen á Montalvo en el conocimiento y manejo del idioma; pero ninguno que lo aventaje.—Y Castelar, según la feliz expresión de un crítico distinguido, [1] se arroja en brazos de Montalvo como si viera en él á Cervantes resucitado.

Cuando comparo entre los historiadores contemporáneos á Ferrer del Río, por ejemplo, historiador de Carlos IV, alambicado en la frase, de un purismo amanerado, y con criterio propenso siempre á apreciaciones inexactas, con don Bartolomé Mitre, historiador de San Martín y de los magnos días de lucha por la autonomía de un mundo, con su estilo llano y elegante, con su envidiable tino para compulsar documentos sacando de ellos el jugo animador de la narración, y con su ningún apasionamiento para deducir lo que se entiende por filosofía de la historia, siéntome como hijo de esta gran patria americana, íntimamente satisfecho y gozoso.

Cuando leo poetas como Eduardo de la Barra, Rubén Darío, Guillermo Prieto, Rafael Pombo ó Rafael Obligado, poetas con fisonomía propia, digámoslo asi, se fortifica mi fe en que el dominio del porvenir literario está reservado para nuestra joven América. Y note usted que, estudiosamente, no nombro á ningún poeta compatriota mío, para que no pueda decirse que sentimientos de nacionalismo ó de personal cariño me hacen tratar con predilección la fruta del cercado propio. Aleccionádome han los conceptos con que mi erudito amigo el académico don Vicente Barrantes, en la España Moderna, avalora mi entusiasmo por las que, en mis Confidencias de bohemio, llamé admirables quintillas del malogrado vate peruano Adolfo García.—Quand méme, siendo sigue, para mí, García un poeta de estro arrebatador.

El poema de usted que he leído con cordial deleite, viene á poner de nuevo sobre el tapete de la discusión el eterno tema del americanismo en literatura. Con lengua, religión, costumbres y hasta instituciones genuinamente españolas, con urdimbre que no es de nuestra propiedad exclusiva, mal podemos aspirar á una originalidad absoluta. Pero si por americanismo en literatura queremos significar lo especial del co-

  1. Rafael M. Merchán